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XALAPA, VER.- La casa abandonada en la calle González Ortega, donde se encontraron los restos del iluminador Víctor N, había sido usada previamente por delincuentes para robar en el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), ubicado en la calle José María Alfaro, en el centro de Xalapa.
Los vecinos habían denunciado en diversas ocasiones la inseguridad que provoca una casa abandonada.
“Se meten por las casas abandonadas y brincan a nuestras casas; haga de cuenta que se meten por la casa abandonada y ahí de ahí se saltan a la de nosotros. Los restos humanos pasó con gente que viene de fuera, porque aquí todos nos conocemos y nos cuidamos; esto que pasó en González Ortega es ajeno a todos nosotros, aquí somos nativos, somos de años”, expusieron.
La calle González Ortega es una empedrada con banquetas estrechas, casas antiguas y todas se caracterizan por tener puertas y ventanas cerradas, ubicada a solo unos metros de la transitada calle Xalapeños Ilustres repleta de negocios establecidos
Tras el hallazgo de los restos de Víctor N –quien estaba de visita en Xalapa como parte de una producción que grababa un cortometraje– la calle luce solitaria.
Con el reloj en mano se puede constatar el paso de 30 minutos sin que nadie la camine ni que los vecinos salgan de sus casas; este espacio desolado fue el escogido para arrojar una bolsa con restos humanos sin que nadie notara el hecho.
Pese a ubicarse a cuatro cuadras del cuartel de policía Heriberto Jara Corona mejor conocido como “San José”, los vecinos refieren que no cuentan con rondines de policías, lo que ha propiciado los robos y las invasiones en las casas.
De la calle González Ortega casi esquina con Landero y Coss, los amantes de lo ajeno se robaron tres vehículos en una noche de junio del 2024, y los afectados se enteraron porque se encontraron en la Fiscalía General del Estado (FGE) cuando acudieron a poner las denuncias.
En la misma calle González Ortega, los vecinos y vecinas reportaron a la policía que un hombre camina desnudo; otras veces va vestido, y cuando ve a una mujer sola baja el cierre de su pantalón y las acosa.
Las personas que habitan en la calle González Ortega entre las calles Landero y Coss e Insurgentes en su mayoría son adultos mayores, con casas heredadas de generación en generación; se conocen y recuerdan con nostalgia que en los años 60, 70, y 80 todavía acostumbraban a sacar sus sillas en las banquetas, reunirse y platicar por las tardes.
“Ya no salimos a la calle, nos la pasamos encerrados siempre; antenoche de domingo para lunes quisieron abrir la casa de enfrente la que era del Doctor Luis Landero. Aquí hay inseguridad. Por esa casa abandonada verde entran los maleantes para querer robar el Instituto Indígena, se han metido dos veces a robar”.
En la mañana del martes, un día después de que fueron localizados los restos humanos los jefes de manzana coincidieron en señalar la urgente necesidad de que las autoridades de los gobiernos estatal y municipal obliguen con la ley a que los dueños de casas abandonadas se responsabilicen en cerrarlas y mantener limpios los terrenos.
Hace un mes aproximadamente, los amantes de lo ajeno se internaron en una casa abandonada de la calle Insurgentes para acceder a una vivienda habitada y robarse la escalera y una bicicleta.
En Landero y Coss hay otra casa abandonada, lleva tantos años sin habitar que en el interior crecieron árboles, y por las noches es ocupada por personas desconocidas.
Para los vecinos de las calles Landero y Coss, Insurgentes, Alfaro, y González Ortega, las más de siete casas abandonadas representan un riesgo, por lo que han interpuesto quejas con las autoridades del ayuntamiento local, de la presente y de las pasadas administraciones, pero sus dueños no se hacen responsables de cerrar los accesos a fin de evitar que se convierta en guarida de personas mal intencionadas.
Aclararon que en la calle González Ortega en el tramo que va de Insurgentes hacia Alfaro, las vecinas con sus recursos económicos pintaron un mural para dar color, vida y alegría a esta vía pública.
“Debemos unirnos cómo ciudadanos, actuar nosotros, no esperar a que venga la autoridad a que nos resuelva; a la gente hay que educarla, necesitamos educación, que no estén esperando a que el gobierno a resolverles, nosotros debemos actuar y cuidarnos” indicaron.
Los robos a casas habitación en esta zona de la ciudad son recurrentes, lo que motivó a que los Jefes de Manzana se organizaran, crearán un grupo en la aplicación para teléfonos celulares de whastapp y ahí se dan avisos cuando ven a personas sospechosas afuera de sus casas, y en este chat hay integrados los números telefónicos de policías municipales.
“Es gente oportunista que viene a ver qué robar, son personas que vienen a pedir cooperación para la vigilancia, que quieren dinero porque recogen la basura. Aquí venía un tipo que pedía dinero, que le tomamos la foto y le dijimos a ver dame tu nombre y dime dónde vives, y que sale corriendo. Eso se acabó cuando nos empezamos a comunicar en el grupo de whatsapp” dijeron.
Las vecinas organizadas han alejado a las personas en situación de calle o consumidores de drogas que gustan de usar “cómo excusado” el espacio público; y ellas hablaron con el dueño de una casa deshabitada para que la cerrara, debido a que hombres ajenos a la calle la habían convertido en guarida.
EL AYUNTAMIENTO LOCAL DEJÓ NOTIFICACIÓN DE ADEUDO DE PREDIAL
Con fecha del 21 de mayo del 2024, el ayuntamiento local que preside Ricardo Ahued Bardahuil dejó una notificación de “Adeudo de Impuesto Predial” del domicilio González Ortega número 28.
Según los vecinos, hasta hace una década aproximadamente en esa dirección habitaban un hombre y una mujer, eran pareja, tenían un trabajo y se caracterizaban por ser militantes del Partido Acción Nacional (PAN); incluso en el interior entre basura y ruinas se observa una sombrilla con los colores azul y blanco y las siglas de dicho instituto político.
Detrás de fachada color verde donde fueron dejados los restos humanos, hay una casa deteriorada, sin ventanas; hay una escalera que conduce hacia abajo, luego un pasillo con agua, lodo, y al fondo se ve una pared color blanco y una ventana son las oficinas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (Inpi).
Los vecinos no saben dónde localizar al dueño de la casa número 28; en primera para informarle que se acumula el agua del nacimiento natural que cruza la calle González Ortega y en segundo término exigirle que cierre totalmente el acceso con el propósito de impedir una guardia de maleantes.
“Pasar por esa casa da miedo, cualquier gente se esconde, puede jalar una jovencita y lanzarla abajo y hacerle daño, porque el terreno de esa casa está hacia abajo, ahí te avientan al fondo, por más que grites no te vamos a escuchar, porque nosotros estamos siempre encerrados, mire usted las casas todas están totalmente cerradas, adentro no escuchamos nada, por eso no vimos cuando vinieron a dejar las partes del cuerpo, ni quien viera, nos enteramos por el montón de policías que llegaron, pero si no, ni nos damos cuenta” afirmaron.
En la banqueta de la casa en ruinas, los vecinos colocaron una veladora en la noche del lunes después de que se fueron los policías, “le pusimos luz a la persona que le hicieron daño, mire nosotros somos adultos ya grandes, y a la gente de nuestra edad nos da tristeza ver cómo asesinan y cortan en pedazos a una persona; eso nunca lo habíamos visto, en nuestra niñez jamás nos hubiéramos imaginado tanta maldad”.
La policía atravesó cintas color amarilla en la fachada verde en la tarde del lunes; después se fueron y no dejaron ninguna patrulla de la SSP o de la Dirección de Seguridad Ciudadana municipal que brindará vigilancia a las familias que habitan en la calle González Ortega.
El director del Instituto Veracruzano de la Vivienda (Invivienda), Hazael Flores Castro, informó que en Xalapa hay un promedio de 35 mil viviendas que están en desuso; algunas porque fueron construidas en laderas y es un riesgo habitarlas y otras más porque quedaron intestadas.