- Hacen de lado su carácter social para cumplir con modelo neoliberal
Yhadira Paredes
Xalapa, Ver.-
Las instituciones de Educación Superior a nivel mundial han perdido poco a poco su carácter social para convertirse en elitistas, derivado del modelo neoliberal educativo, aseveró María José Guerra Palmero, investigadora de la Universidad de La Laguna, en Tenerife, España.
En entrevista previa a su conferencia magistral “Universidades, Neoliberalismo Académico e Igualdad de Género” que se llevó a cabo en el marco del Congreso Internacional “Igualdad Sustantiva en las IES”, la profesora acusó que este modelo ha ido desmantelando la universidad social.
“Este análisis es en España, pero yo creo que hoy por hoy es global, pero desde los años ochenta inició en Reino Unido y es el modelo que poco a poco ha ido desmantelando lo que llamo la Universidad social, la que permitía muchas políticas de becas y apoyos para que una mayor población accediera a la universidad y las va convirtiendo en instituciones cada vez más elitistas”.
En ese sentido, agregó, desconectan de su misión social: crear igualdad y justicia, incluso, sostuvo que hay una gran problema con el desmantelamiento de la universidad social, ya que está al servicio de la democracia, por lo que una universidad pensada como una escuela de negocios o dirigida con los protocolos de la empresa no funge su función social.
Lamentó que las universidades públicas comiencen a ser gestionadas como empresas al exigir competitividad, productividad, flexibilidad, innovación y trasferencia, lo que llevará a privatizar el conocimiento.
La investigadora sostuvo con relación al tema de violencia que debe haber en las instituciones de educación superior tolerancia cero con relación a la misma, así como en casos de acoso sexual, hostigamiento o agresiones a la diversidad sexual.
“Debe haber un compromiso perfectamente claro y haber protocolos de atención para enfrentar estos casos. Esta es una dura batalla, que se lleva en México y en distintas universidades del mundo”.
Además hay violencia, dijo, por desigualdades económicas, por jerarquías, modos de gestión, gobierno y gobernanza, por lo que la dirección debe ser de mayor democratización y garantizar un acceso social a quien desee formarse y acceder a la educación superior.
La investigadora sostuvo que existe un prejuicio arrasado de la percepción social entre hombres y mujeres “una mujer primero es mujer, luego rectora, luego doctora, lo que sea”.
“Es un prejuicio tan arraigado que cuando estamos en cargos de responsabilidad nos damos cuenta que primero eres mujer, te miran cómo vas vestida y después recuerdan que eres rectora, investigadora o directora”, finalió.