24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión / El origen de una palabra

 

            Desde hace algún tiempo me viene acometiendo una gran duda y hasta que me puse a investigar, ¿qué nombre gramatical recibe en general aquella palabra que denota variantes en forma afectiva o cariñosa, de los nombres propios? Como por ejemplo, Chago para Santiago, Charo para Rosario, Pepe para José, Pancho, Paco o Quico para Francisco, y así sucesivamente. Y esto, porque tengo muchos amigos a quienes me dirijo de esas maneras eufemísticas o cariñosas cuando los llamo. ¿Apoco usted no los tiene?

 

            Pues bien, buscando en un diccionario etimológico encontré lo siguiente. Por cierto, la palabra “Etimología” viene del griego Etymos, verdadero; Logos, palabra, expresión, tratado; e Ía, sufijo usado para crear sustantivos que expresan una relación a algo. Es decir, relacionado con la verdad de la palabra. Así, Etimologia es una parte de la lingüística que estudia el origen de las palabras, de su significado y de su forma. Volviendo al motivo de la investigación que despertó mi duda, encontré la palabra “Hipocorística” o “Hipocorístico”, que viene del griego Hypokoristikos, relativo a la caricia. Compuesta con el prefijo indoeuropeo Hipo, debajo de, que dio Sub en latín; el verbo griego Koridzomai, acariciar; y el sufijo Ikos, relativo a. Entonces, la palabra Hypokoristikós significaba Acariciador, pero en gramática se utilizó para caracterizar a los nombres que representan a otro nombre, en forma afectiva, cariñosa, abreviada, familiar o infantil y, a veces eufemística. Generalmente los hipocorísticos son por antonomasia otros nombres que se forman a partir de un nombre propio, y no tienen reglas, son palabras de variada forma donde se refleja mucha imaginación y creatividad popular. Varían de familia a familia y de región a región. Así, sin ánimo de ser exhaustivo, algunos hipocorísticos de nombres que he oído son: Fayo, para Rafael; Toño, para Antonio; Cuco, para Refugio; Quique, para Enrique; Mon, Moncho o Monchis, para Ramón; Queta, para Enriqueta; Pipis, para Petra; y los que usted conozca.

 

            Los eufemismos son otra cosa, son términos que se usan en lugar de otro que resulta duro o malsonante. Procede de los elementos griegos: Eu, bien, bueno; y Phemi, hablar. Hablar bien. Algunos ejemplos son descansar en lugar de morir, pechos o senos en lugar de chichis o tetas, parapléjico, discapacitado o persona con capacidades diferentes en lugar de paralitico o lisiado, como yo. La Etimología como ciencia, desafortunadamente se ha ido olvidando en los planes de estudio de las preparatorias, es una pena y sinceramente, no sé por qué. Yo, tuve el privilegio de cursarla al igual que otras embarraditas de ciencias como Lógica, Filosofía, Sociología, Psicología, Historia del Arte, y otras más que contribuyeron con demasía, más adelante, en mi formación profesional y en mí afición por la cultura y las artes. No es presunción, es un placer haber abrevado algunas minucias de conocimientos tan profundos de estas ciencias, que me permiten encontrar respuestas a algunos tópicos de interés, cuando se me presenta la necesidad de hacerlo. Espero que haya disfrutado de esta interesante lectura. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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