Por Jorge Luis Borboa
En estos días acaba de pasar algo interesante y que pudiera ser preocupante, implicando muchas consecuencias para la geopolítica mundial y estamos hablando de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán, dejando al aire la ya tensa relación entre China y Estados Unidos, que de alguna manera se han nublado desde la década pasada con la guerra comercial, pero aquí hablamos de los intereses en territorio, algo digno de analizar.
Para tener más clara la situación de estos países es necesario exponer los antecedentes de la relación entre China y Taiwán. Todo se remonta en la China del siglo XX cuando perdió el rumbo al finalizar la época imperial y en su intento de construir una nueva doctrina institucional, dividiendo las facciones en republicanas y comunistas, tomando en cuenta el boom de la revolución del proletariado por lo que en 1949 después de que la parte continental del país fuera dominada por el comunismo de facto, el gobierno oficial huyó a la isla de Taiwán estableciendo que ahí estaba la verdadera China.
Algo interesante es que en la segunda mitad del siglo XX la mayoría de países reconocían a Taiwán como la verdadera China, incluso un dato curioso es que productos decían “Made in Taiwan”, sin olvidar que Estados Unidos no tenía relaciones diplomáticas con la China continental cosa que cambiaría con Deng Xiaoping, pues con las políticas de Mao solo lograron aislar al país de su aliado ideológico, la Unión Soviética, con lo cual en la década de los 90s ya la China reconocida era la continental y Taiwán era visto como territorio autónomo o en disputa.
Las relaciones entre estos dos estados han ido aumentando en cuanto a tensiones se refiere, destacando el papel de China en el mundo por ser la segunda superpotencia, algo que termina aumentando la preocupación de todos los países por el alcance de este conflicto.
Con la visita de Nancy Pelosi solo reavivaron las tensiones en la zona Asia-Pacífico, porque hay muchos otros países que salen afectados como las dos Coreas y Japón, sin olvidar a todos los demás, pero que al final puede implicar una inestabilidad de la región. China ahora está haciendo el ensayo militar como muestra de imposición de miedo sobre el reconocimiento de Taiwán como un país independiente.
Otro factor es la nula conciliación entre Taiwán y China porque no quiere ceder ninguna parte, aunque es cierto desde hace décadas que la isla no comparte más que cultura con China ya que al final de todo, ahí se consolidó el gobierno legítimo que debió estar en China en aquel 1949.
La forma en que afecta al mundo es grande pues con todo esto, si se da la posibilidad de un conflicto al estilo Ucrania, el mundo estaría viviendo una crisis de escalas colosales pues en la guerra ruso-ucraniana se vio lo que implica para el comercio y la economía una guerra que ponga a pelear bandos polarizados en un campo global.
Si se diera un conflicto bélico entre China y Taiwán vendría una catástrofe económica por ser ambos agentes económicos de gran importancia en el comercio internacional llevando al límite la capacidad de los piases por mantener su Status Quo. Además, en la cuestión tecnológica tanto Chona como Taiwán son referentes en este rubro, además la región continental china es la reina de la manufactura y mano de obra barata, aunque algo ha estado pasando y es que las inversiones han estado saliendo de la zona asiática para incorporarse en la americana, teniendo como un referente de mano de obra a México para Norteamérica.
Podemos concluir que la década del 2020 se convertirá en la más inestables y aún más si se desatara un conflicto de este tipo de potencias económicas, aunque si se hace un análisis, es poco probable por el momento a una guerra así por los mismos problemas que se han desatado en el caso de Ucrania y nadie está dispuesto a sacrificar en tiempos donde aplica el “sálvese quien pueda”.
Es momento de reflexionar ya que la situación de China con Taiwán termina implicándonos a todos por tener tratos comerciales que afectan a la región de Norteamérica sin embargo es preciso ser fríos y objetivos pues la posibilidad de tener otra guerra está lejos de cumplirse, pero de aumentar las tensiones podríamos ver lo que implica el enfrentamiento de dos superpotencias que pueden cambiar o acabarlo todo, o ¿Qué opinas?