23 de Noviembre de 2024
 

HISTORIAS DE NEGOCEOS / La otra Claudia (y los empresarios) / MARIO MALDONADO

 

 

Claudia Sheinbaum llegó puntual a la cita. Enfundada en un traje de diseñador color gris y mascada rosada arribó al hotel presidente Intercontinental de Polanco. En el salón principal del hotel de la Ciudad de México la esperaban más de una veintena de líderes empresariales. Fue una reunión a puerta cerrada en la que la exjefa de gobierno esbozó una serie de mensajes y escuchó preguntas de dirigentes empresariales. Fue uno de los múltiples intentos de darle certeza a la inversión privada que hoy se siente vulnerable ante los cambios de humor del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El saldo de las dos horas y media en las que Sheinbaum habló con los representantes del sector privado mexicano, desde los multimillonarios hasta los industriales agropecuarios, cementeros, cerveceros y autoparteros, fue medianamente positivo. Encontraron apertura en la mujer que las encuestas ubican como la posible sucesora de AMLO. Vieron a alguien conciliadora, dispuesta a escuchar y a resolver las inquietudes de quienes han apostado sus inversiones en el país, lo mismo extranjeros que mexicanos. Sheinbaum no es ajena a los empresarios, pero le cuesta desenvolverse con ellos, en parte por su formación de izquierda y en parte por la política centralista que ha ejercido el presidente López Obrador, la cual ha complicado la relación con los inversionistas.

Sheinbaum arrancó su exposición enarbolando los proyectos que impulsó en el Gobierno de la Ciudad de México, entre ellos la estrategia de seguridad que tanto preocupa a los empresarios del país. Acto seguido la exjefa de la CDMX expuso los logros en materia económica del presidente López Obrador, entre ellos los resultados de la encuesta del Coneval, en la que se expone que 8.9 millones de mexicanos salieron del umbral de la pobreza de 2020 a 2022. No abordó el tema de los 30 millones que se quedaron sin servicios de salud en ese periodo ni los 1.6 millones que cayeron en rezago educativo.

Sheinbaum habló del nearshoring. Reconoció que es una tendencia que México debe aprovechar para atraer inversiones y “generar bienestar”. Dijo que es un momento propicio para elevar los salarios de los trabajadores, los cuales han ido en aumento en el sexenio de López Obrador.

También habló de sustentabilidad. Dijo que el uso eficiente de la energía y el agua serán fundamentales para el futuro del país. Lo mismo en el tema de la infraestructura con los ferrocarriles, las aduanas y los servicios públicos. En casi todos los temas, Sheinbaum habló someramente, sin elaborar en propuestas concretas que echaría a andar si llegara a la Presidencia de la República.

Sobre el tema de energía dijo que al igual que China, México debe tener un plan de industrialización que contemple la inversión extranjera y se vincule con la cadena productiva del país. “Con una visión estratégica que se puede denominar primero los pobres o de otro modo, porque si ya salieron varios millones de la pobreza, hay que seguir esa ruta”, dijo la aspirante presidencial.

Así fue como Sheinbaum terminó su participación, de acuerdo con fuentes que estuvieron presentes en la reunión.

Después vinieron las preguntas de los líderes empresariales. De parte de la Concamin le preguntaron sobre los programas sociales, si va a mantenerlos en caso de llegar a la Presidencia, a lo cual asintió.

Otra de las preocupaciones fue la certeza jurídica y la inseguridad, las cuales han sido vulneradas con los cambios de políticas y reformas llevadas a cabo por el gobierno de AMLO, lo cual ha afectado a su vez la inversión privada.

En el tema de seguridad, la exjefa de Gobierno dijo que cuando fue titular del gobierno capitalino se lograron “buenos resultados en materia de seguridad”, por lo que aplicaría un modelo similar a nivel nacional. Reiteró la posibilidad de que la Guardia Nacional se mantenga al frente de las tareas de seguridad.

Sobre el sector energético Sheinbaum expuso que hay que implementar nuevas tecnologías en materia de energía, por lo que está dispuesta a un cambio en la política pública en este sector.

En torno a la agricultura y el TMEC –en el contexto de las disputas agropecuarias con Estados Unidos– Sheinbaum dijo que “es cuestión de resolver problemas sociales, porque en muchas ocasiones no es más que atender esas situaciones para que las zonas de riego reciban agua y se mejoren las condiciones de los cultivos”.

Finalmente, Sheinbaum dijo que está dispuesta a impulsar el mercado de valores, el modelo de disciplina financiera implementado por el presidente López Obrador y en materia laboral mantener los aumentos de salarios, la prohibición del outsourcing y mejores prestaciones para los trabajadores.

El sabor de boca de los empresarios fue agridulce: entre la posibilidad de que una candidata demasiado plegada al gobierno y sus ideales sea la nueva Presidenta, y los sueños de una izquierda de centro, mucho más progresista que apueste por el crecimiento económico sin sacrificar a la clase media y alta.



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