En estos días, quedó en evidencia la controversia de los mandatos institucionales en el ramo electoral ya que MORENA eligió a sus candidatos para gobernadores en las elecciones de 2024, cosa que se complicó por un criterio que impuso el INE, llamado paridad de género, algo que se viene escuchando hace un tiempo pero que no se termina de entender.
La paridad de género es definida como la garantía de igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a puestos de representación política. Hasta ahora suena excelente el hecho de que hombres y mujeres sean considerados en la misma oportunidad para competir, pero al escudriñar la paridad de género salen cosas mucho más complicadas y polémicas, por ejemplo la cuota de género, criterio que termina afectando en gran medida los procesos electorales, ya que al pedir cierto número de hombre y mujeres en puestos o candidaturas, existe el riesgo de que se excluyan a aquellas personas que están mayormente calificados o que tienen en este caso apoyo popular indiscutible y que deben hacerlos a un lado por la paridad de género, cosa que se vio en este proceso interno de MORENA y que probablemente se verá en el Frente Amplio por México.
Con todo este antecedente, entramos a lo que fue la encuesta para las candidaturas a gobernadores de MORENA. Aquí imperó una pésima logística de selección de candidatos pues se dispuso que podía competir quien sea pero no necesariamente se respetaría el resultado de la encuesta, pues si ganaba una mujer la encuesta se quedaba inapelablemente la candidatura, y si ganaba un hombre quedaría en veremos, pues tendrían que discutir quien se quedaría con la candidatura para cumplir la cuota de género con 5 candidatas mujeres y 4 candidatos hombres, siendo esto totalmente injusto pues de que sirve hacer una encuesta si al final la selección de candidatos dependerá por su sexo, llegando incluso a darse un tema de discriminación, algo irónico pues durante muchos años las mujeres sufrieron esto al no poder contender a cargos públicos, ni poder votar, pero ahora al parecer esto ya le corresponde padecerlo a hombres.
La propia logística de la encuesta resulta arbitraria pues no aseguran dejar como candidato a quien ganara la encuesta a menos que fuera una mujer, cosa que terminó afectando a hombres que compitieron y ganaron, pero que los desplazaron por poner a otra persona que obtuvo menor apoyo popular, nulificando la legitimidad del proceso y quedando ante la imagen pública como imposiciones políticas. Todo esto se pudo haber evitado desde el principio si se designaran las candidaturas por sexo y al azar, ya sea por selección de tómbola o papeles designando a qué sexo le correspondería la candidatura de cierto estado, siendo esto la manera más justa o cuando menos más legítima del proceso, pues así solo se enfocarían los hombres en candidaturas de estados que se les designaron a hombres y las mujeres en estados donde las candidaturas quedarían para mujeres, y así no habría candidaturas innecesarias, que tuvieran que negociar si se quedaban o no con ellas aunque hubieran ganado la encuesta.
Según las encuestas, los resultados quedaron así: en CDMX ganó Omar García Harfuch con 40.5 y Clara Brugada con 26.7, designando a Brugada como la candidata aunque no ganó la encuesta; en Guanajuato ganó Ricardo Sheffield con 24.4 y Alma Alcaraz con 23.4, dejando a Alcaraz como candidata aunque perdió la encuesta; en Jalisco ganó Carlos Lomelí con 23.9 y Claudia Delgadillo con 18.6, pero Delgadillo se quedó con la candidatura pese haber perdido; En Chiapas ganó Eduardo Ramírez con 16.2% de los votos, siendo designado candidato; en Morelos ganaría Margarita González con 20.4%, siendo en automático la candidata legítima al haber ganado la encuesta; en Puebla ganó Alejandro Armenta Mier con 22.3%, siendo segundo su primo Ignacio Mier con 21.4% y tercera Claudia Rivera con 11.9%, pero en la discusión final solo pusieron a Armenta y Rivera pero excluyeron a Ignacio Mier pese haber sido segundo en la encuesta; en Tabasco Javier May arrasaría con 72.7% siendo el candidato indiscutible; en Veracruz ganaría Rocío Nahle con 16% y Manuel Huerta con 15.2%, siendo la contienda más cerrada y dejando en automático a Nahle como candidata; por último en Yucatán ganaría Joaquín Díaz Mena con 40.1% y Verónica Camino Farjat con 8.9%, respetando el triunfo de Díaz Mena. Todo esto determina polémica pues en Veracruz y Morelos las mujeres que ganaron la encuesta no se les discutió el resultado, mientras que en Puebla se dejó de lado a Ignacio Mier pese haber obtenido el segundo lugar y poniendo a discusión la victoria de Armenta con Claudia Rivera que sacó tercero. En Chiapas, Tabasco y Yucatán fueron los únicos estados donde no se puso en duda la candidatura de los hombres que ganaron la encuesta, siendo las más polémicas e injustas las designaciones de CDMX, Guanajuato y Jalisco, pues a pesar de haberlas ganado hombres, se les dio las candidaturas a mujeres, aunque no ganaron la encuesta.
Es momento de reflexionar, ya que el triunfo de mujeres no se discutió, el de hombres de aplazó y en algunos casos se revocó por no ser mujeres, cosa que el INE avala y ratifica el TEPJF, sin embargo no se supone que las leyes mexicanas ya garantizan la igualdad de oportunidades tanto a hombres como a mujeres en competir en cargos, dejando entre dicho la paridad donde los hombres que ganen los puestos se les hará a un lado por no ser mujeres, llevando a la conjetura de una nueva discriminación estructural por no ser mujer, algo irónico pero que termina siendo dado por hecho con este ejercicio, o ¿Qué opinas?