Aunque fue pillado y frenado en su intento de asegurarse un retiro dorado con cargo a los impuestos de los mexicanos, el exministro y expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, confirmó ante sus antiguos compañeros que sus supuestas convicciones por la “austeridad” y la no corrupción en el Poder Judicial fueron sólo banderas a modo que le permitieron acercarse al movimiento político del presidente y a la campaña , a la que saltó cambiando la toga y el birrete por una aventura política en la que busca protagonismo y nuevo cargo.
Porque tal como lo reveló la revista Proceso el 14 de diciembre pasado, Zaldívar intentó engañar y sorprender a los ministros que fueron sus pares, solicitando que le aprobaran un “haber de retiro” supuestamente igual al del exministro José Fernando Franco González, que concluyó su encargo en diciembre de 2021, y con base en el cual pedía que le autorizaran una pensión mensual de 251 mil pesos durante dos años y después 200 mil pesos mensuales de manera vitalicia.
Pero no era todo lo que pedía, también 11 asistentes pagados por la Corte, 5 personas de servicio y 6 escoltas para su seguridad, además de 2 camionetas Suburban blindadas, cuyo mantenimiento y gasolinas sería cubierto también por el presupuesto de la Corte.
La petición de retiro de Zaldívar provocó la sorpresa y molestia de varios de sus excompañeros ministros que se preguntaron cómo es que quería ganar, ya retirado de un cargo que además el botó antes de terminar su ministerio para cambiarlo por la política, más que los mismos ministros en activo que hoy cobran un sueldo mensual de 201 mil pesos, luego de que precisamente como expresidente de la Corte, don Arturo les propuso reducir sus sueldos en 25% “para apoyar la política de austeridad” del presidente López Obrador. De inmediato varios ministros hablaron con la presidenta Norma Piña para que se revisara la petición del exministro y se le negara lo que había pedido por considerarlo “ilegal y excesivo”.
Pero el ya colaborador de la campaña presidencial de Sheinbaum defendió su retiro dorado argumentando que su solicitud se basaba en el Acuerdo interno de la Corte de 2013, que establecía las bases para el “haber de retiro” de un ministro, y aseguraba que él sólo pedía lo mismo que se le otorgó en diciembre del 2021 al ministro Franco González.
Pero resulta que el mencionado acuerdo de 2013 sólo establece como base del retiro para ministras y ministros un sueldo o pensión vitalicia del 80% del último sueldo cobrado (no de más del 100% como pedía Zaldívar) y solo tres trabajadores asignados para apoyo y la camioneta que utilizaba como ministro que, de solicitarla, deberá pagarla con opción a compra.
Cuando las ministras y ministros objetaron sus excesivas peticiones, Arturo Zaldívar se sacó, literalmente de la manga, un “anexo” al haber de retiro del ministro Fernando Franco González, en el que supuestamente se le habían entregado a este todo lo que él pedía: es decir, sueldo del 100%, dos camionetas y 11 personas de apoyo.
Pero la mayoría de los ministros dijo desconocer ese “anexo” y aseguró que cuando votaron el retiro de Franco no se les habló de ningún adendo ni se les dijo que estaban autorizando condiciones de retiro que diferían del citado acuerdo interno de 2013.
La mayoría de los ministros desconocieron el famoso “anexo” que alegaba Zaldívar que sí se aplicó y el colmo fue cuando buscaron al propio ministro en retiro Franco González y le preguntaron si era cierto que él había recibido todos los privilegios y apoyos que afirmaba el exministro presidente.
Franco lo negó, según confirman ministros que hablaron con él, y eso terminó de exhibir las ambiciones de don Arturo, que no sólo pedía todo lo ya mencionado para seguir viviendo holgadamente y con camionetas, seguridad y apoyo pagado por la Corte. El tema se discutió internamente entre los ministros y el acuerdo de la mayoría fue que Zaldívar tenía que atenerse a los criterios del Acuerdo de 2013.
Y es que no sólo eran las dos camionetas, las 11 personas de apoyo y un sueldo mayor al que cobran los propios ministros en activo. El exministro y ahora colaborador partidista también pidió llevarse a su casa, de acuerdo con un documento oficial de la Dirección de Recursos Materiales de la SCJN, en poder de esta columna, el sillón ergonómico que utilizaba en la Corte, con un valor de 35 mil pesos, un nicho para bandera con todo y la bandera nacional incluido, 2 laptops marca Sony de 41 mil pesos cada una, 3 iPads con valor total de 40 mil pesos, 3 equipos de cómputo de escritorio que sumados valen 180 mil pesos, otro equipo portátil de cómputo de 22 mil pesos, una impresora láser a color valuada en 20 mil pesos, dos tablets con valor de 26 mil pesos cada una, otra computadora portátil de 34 mil pesos, una tablet más de 16 mil pesos y un iPad Pro de 29 mil pesos.
Todo eso le fue negado por decisión mayoritaria de los ministros, pero el hecho quedó como constancia de que, si ya cuando anunció su salida anticipada de la Corte su decisión fue cuestionada por sus propios compañeros y compañeras que le preguntaban ¿cómo era que decidía dejar anticipadamente el ministerio que es el sueño de cualquier jurista, para lanzarse a una aventura política? Y afuera opinadores, juristas y la opinión pública en general vio con recelo y desconfianza el retiro anticipado del ministro, hoy queda más que claro que en realidad fue un salto al vacío en el que el propio Zaldívar sabe que no tiene nada asegurado, que no está dentro del círculo cercano y de mayor confianza de la candidata y que, quizás por eso, quería asegurarse de que si no le llega otro “hueso” después del 2024, él de cualquier manera viviría con los privilegios y canonjías que claramente contradicen sus supuestas convicciones por la austeridad que pregona su admirado líder, el Presidente, y ahora promete continuar su candidata.