Las siguientes líneas no esperan encontrar un lector que se sienta identificado con lo que expondré sobre el trabajo y la forma en voy viendo la vida, si es que la entiendo como la manera de adquirir un conocimiento que se basa en la experiencia, a saber: que una foto, así como una descripción oral y escrita pueda persuadir de lo que es propio de uno mismo, a menos que refleje su conducta en particular a la de los demás.
Primero comenzaré por recordar una frase del escritor francés Honoré de Balzac que dice: “En el trabajo olvido mis sufrimientos, el trabajo es mi salvación”. Esta frase hizo un desarrollo intelectual en mi persona, porque a mí juicio, el trabajo debe ser visto como una actitud de bienestar y se resume en decir que no se siente uno obligado hacerlo sino todo lo contrario; divertirse en hacer lo que tenga que hacerse para vivir en el mundo que hemos construido para llamar a eso “la buena vida”. En mi vive también esa máxima que dicta la Biblia: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”, pero cada vez me convenzo de que he visto mucho de lo que en algún momento solo creía por mera deducción sin cuestionar nada. Mi trabajo me ha llevado a una maravillosa ciudad Salvatierra Guanajuato, que está llena de mucha cultura, historia, ideas, paisajes así como la misma naturaleza de ese lugar y las personas.
Primero diré que de las personas que he conocido en esta ciudad pueden exponerse en tres formas: intelectuales, emocionales y personales. Las primeras están en el museo donde se conservan muchas reliquias, es decir, fuentes primarias, de la historia de México sabiendo que fue un lugar que lleva el nombre de la ruta de Miguel Hidalgo. Las personas que se encuentran ahí ofreciendo el servicio de consulta saben de historia porque cada uno siguió el ritmo de la palabra hasta la pregunta de saber, ¿Cuál era el verdadero aspecto e imagen de Miguel Hidalgo? Me lancé a decir que era un invento y en lugar de esperar una apología abrió más preguntas. Hay instituciones de talla que pude ver en el desfile de la Independencia de México, recorrer sus principales calles. Me hicieron recordar al bachillerato porque pasó un CONALEP.
También están los del trabajo. Son amables, educados y alegres. Supongamos que tienen un ambiente muy agradable en el trabajo, porque al hablar con ellos los pude convencer de que trataba con personas adultas. No digo que no haya bromas como para que nos faltemos al respeto, pero ya sabemos a los que vamos y lo que queremos. Espero que logren construir una confianza sana y argumentada para dejar un buen equipo cuando me marche. Que cuando me vaya, sepan que sigo estando con ellos en todas las actividades que corresponden. Por último, quiero hacer una reflexión hacia mi experiencia y eso se deriva de un consejo que va a llamarse “Crónica de un Guerrero” y la que me sigue sorprendido a todos los lugares que he visitado en el país, es una que dice: “Dios te bendiga”.
En esta ocasión, salí a buscar un platillo típico de este lugar que se llama “Largas”, que consiste en hacer una tortilla ya sea en Tortillero De aluminio o a mano. Se coloca un guiso, además uno puede agregarle frijoles, y es algo delicioso. Yo las pedí con un café caliente. Fui a un lugar recomendado y conocí una bella mujer que lleva el nombre de Mari. Tiene un hermoso rostro y un increíble cabello, que si el viento sopla es como si incendiara el aire. Además de que es una persona demasiado amable y salió de sus labios un “Dios te bendiga”. Y mientras escribo esto en este hotel, en este ambiente social sigo pensando en la vez que preguntó Moisés a Dios quién era y él respondió: “Yo soy el que soy”. Pero volviendo a ella, solo quedé impresionado mientras miraba sus ojos y escuchaba esa bendición. Cuando me marche para la rosticería, iba pensando en que ella era una prueba muy clara de que Dios no hace nada en vano: es una imagen impresa de él en ella. "Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha" Cantar de los Cantares 4:7