Piedra Imán
Manuel Zepeda Ramos
Ciencia y Tecnología
Pavlov. Iván Petróvich era el nombre de pila de este gran fisiólogo ruso nacido en la primera mitad del siglo XIX, científico del mundo adelantado a su época.
Hijo de un patriarca ortodoxo y él, no obstante estudioso de la Teología por razones obvias de su origen, se hizo científico. Estudió medicina y química en San Petersburgo en donde se doctoró, para continuar sus estudios en Alemania especializándose en fisiología intestinal y en el funcionamiento del sistema circulatorio.
Los que estudiamos en la prepa la materia de sicología y los que hicieron de esta especialidad su vida profesional, aprendimos a conocer y a respetar a Pavlov porque es el estudioso del reflejo condicional, antecedente inmediato de los trabajos que de la conducta humana hizo Skinner con singular popularidad.
Sus trabajos con caninos y el condicionamiento de su alimentación fueron fundamentales para el inicio en serio del análisis de la conducta.
Pavlov observó que los perros de su laboratorio salivaban cada vez que se hacía presente la comida o quien se las daba, lo que lo llevó a demostrar que cada vez que sonaba una campana condicionando la comida, los caninos aprendieron a identificar como señal de llegada del alimento. Se dio cuenta que los jugos gástricos de los perros empezaban a fluir en respuesta a lo condicionado. Ese fue el inicio de los estudios del comportamiento humano que tuvo en el conductismo una línea importante de investigación y a la UV terreno propicio de su desarrollo.
No obstante ser parte de la Rusia Zarista, al triunfo de la revolución bolchevique que culminó con la toma del Palacio de Invierno en 1917 y la llegada de Bladimir Ilich Ulianov -mejor conocido en la historia del mundo como Lenin-, a la cabeza del comunismo soviético, el Doctor Pavlov siguió con sus investigaciones científicas apoyado directamente por el mismo Lenin. A Iván Petróvich nunca le faltó el alimento necesario y suficiente para sus perros, lo que le permitió continuar con sus experimentos para bien del conocimiento humano. Además, Pavlov fue nombrado director de los laboratorios de fisiología en el Instituto de Medicina Experimental de la Academia de Ciencias de la URSS.
Hoy he querido mencionar este acto a favor de la Ciencia y la Tecnología de parte de gobiernos que han surgido de revoluciones y que se preocuparon por el adelanto y la continuidad del conocimiento a favor del ser humano porque soy un convencido de que, en el desarrollo de la inteligencia y su mantenimiento, está el futuro de los pueblos.
Desde aquí he destacado los adelantos que tuvieron en medio siglo Corea e India por haberle apostado a la educación, permitiendo el desarrollo de la ciencia y la tecnología como el principal instrumento del progreso.
El reconocido patólogo mexicano de la UNAM, de prestigio mundial, doctor honoris causa por la Universidad Veracruzana entre otras muchas universidades del país y el extranjero que se lo ha otorgado, Ruy Pérez Tamayo, ha dicho que la mejor época del desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en México fue durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari. Fue así, dice el también destacadísimo divulgador de la ciencia, porque el mismo presidente acordaba directamente con los científicos los apoyos necesarios y suficientes para su desarrollo.
Durante el interregno de Peña Nieto mientras tomaba posesión, el presidente electo anunció un fuerte apoyo a la Ciencia y a la Tecnología como hacía mucho tiempo no sucedía -los presidentes del panato no asistían ni a la entrega de los reconocimientos científicos-, para promover este rubro fundamental del desarrollo nacional hacia un presupuesto equivalente al 1% del Producto Interno Bruto para el 2018, como así lo desea la comunidad científica nacional. Lo hizo ante la presencia de los científicos mexicanos más emblemáticos.
Hace pocos días se anunció un fuerte incremento al presupuesto para Ciencia y Tecnología.
La prensa nacional registró, rumbo al 1% del PIB, un aumento del 12% con respecto al presupuesto del año pasado. El presupuesto será ahora de 81 mil 800 millones de pesos.
Habrá de usarse para el desarrollo de la investigación científica y para becas de posgrado.
Nada más el presupuesto del CONACYT pasó de 25 mil millones el año pasado, a 41 mil millones para este año. El principal beneficio será para las universidades del interior.
La entrada a la real competitividad con las naciones emergentes del Planeta, requiere urgentemente que tengamos jóvenes calificados de posgrado. Deben de formarse en las mejores universidades del mundo. Eso habrá de ser posible con este evidente cambio de la correlación económica para con la inteligencia científica de México y las instituciones de educación superior del país que habrán de ponerla en práctica.
No debemos olvidar que las remesas mexicanas que envían desde Estados Unidos nuestros connacionales, vergüenza nacional porque es producto de la desesperación de las familias que no tienen un modo honesto de vivir en nuestro país, andan arriba de los 20 mil millones de pesos. Es el segundo ingreso de divisas más importante de México, después del petróleo. El monto es comparable al de la India. Nada más que hay una diferencia de fondo. Mientras 8 millones de paisanos logran ese envío, India lo logra con un millón de inmigrantes. La diferencia estriba en que quienes mandan las remesas a México, son jardineros, piscadores de fruta y algodón, meseros, cocineros. A la India lo hacen ingenieros, doctores en física, doctores en informática, actuarios; todos metidos en el desarrollo económico de los Estados Unidos.
¿Cuál es la diferencia?
La India le apostó a la educación, hace más de 50 años.
En los próximos años, Ciencia y Tecnología tendrán repuntes importantes en nuestro país.
Las buenas universidades públicas de los estados serán receptáculo natural para ello.
México se mueve.