“El poder de un abrazo hace que uno se sienta bien. Investigaciones científicas apoyan el hecho de que los abrazos son absolutamente necesarios y muy recomendables para el bienestar físico y emocional, veamos: un abrazo es agradable y ahuyenta la soledad, aquieta los nervios, fortalece la autoestima, demora el envejecimiento, ayuda a dominar el apetito, alivia las tensiones, combate el insomnio, es democrático. Para darse no necesita de un lugar especial, hace más felices los días difíciles. Más soportables los insoportables. Llena los vacíos de la vida. Al dar un abrazo se expresa y se hace sentir: amor, cariño, seguridad, protección, confianza, fortaleza, apoyo, aprecio, amistad, alegría, felicidad. ¿Abrazos? ¿Dónde?, ¿cuándo? Cualquier lugar es bueno para un abrazo. A cualquier hora, en la mañana, tarde o noche. Acompañados siempre de una sonrisa. Se debe recordar: 4 abrazos para sobrevivir, 8 para mantenerse en pie, 12 para crecer. Pero lo más importante son los espontáneos, los que damos o nos dan a la hora inesperada”.
Hermoso y reconfortante pensamiento que me hizo reflexionar al respecto, puesto que en la casa de usted, que también es la mía, nos damos abrazos, mi esposa y yo, a cualquier hora sin atender una rutina especial, y que son también a hora inesperada. De vez en cuando no faltan los abrazos espontáneos que prodigamos o nos otorgan buenos amigos que de vez en cuando nos visitan. Abrazos telefónicos o en redes sociales, que expresamos verbalmente o en forma escrita al final de un saludo cordial. De agradecimiento, ánimo y esperanza, de fortaleza que son muestras fehacientes de apoyo y comunión ante situaciones difíciles. Son deliciosos también, y no podrían faltar, aquellos sublimes abrazos mágicos que nos damos con nuestros seres queridos que ya no están con nosotros, en este plano. Que partieron de esta vida pero que aún están con nosotros, siguen en nuestra memoria y en otro plano pero cerca, muy cerca de nosotros.
Mi madre un día me enseñó cómo darnos esos abrazos, poco tiempo después que partió. Nos lo manifestamos, nos los damos durante y al final del día o al inicio de la mañana, son los más bellos, hermosos, sublimes y gratos abrazos que sentimos cuando los buscamos, cuando los pedimos porque están siempre allí, con nosotros. Siempre a nuestro lado. Intente usted buscarlos con sus familiares y seres queridos, sólo hágalo y presto los encontrará. La vida es mágica también, y pueden suceder en ella grandes prodigios y parabienes para usted, siempre y cuando se decida encontrarlos. Inténtelo y si ya lo ha hecho alguna vez, corroborará lo que le digo. Trabaje en ello, busque y prodigue aliento, amor, fe, esperanza y fortaleza con los demás y llegará lo que otorgue. Si confiere misericordia eso encontrará. Siempre es así si usted lo cree, si usted lo busca. Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto