¿Ya no voy a pagar impuestos?
Brenda Caballero
Números Rojos
Si eres costurera o tienes un taller de confección; si tienes un taller de torno, si alquilas sillas, mesas o mobiliario en general; si tienes una refaccionaria, si tienes una papelería, si vendes diferentes artículos para regalo; si tienes una estética, un restaurante, una fonda, un bar, un negocio de renta de internet; eres plomero, albañil, carpintero, electricista, talachero, mecánico, hojalatero; vendes alimentos, medicinas, haces dulces, tienes una concesión de transporte público, eres panadero, etcétera, etcétera; y en general, si tienes un comercio pequeño en el que no rebasas los dos millones de pesos al año, no necesitas título profesional para obtener tu ingreso, es seguro que formes parte del Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), bueno, si es que estás dado de alta en el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y no perteneces a la informalidad.
Luego entonces, si eres RIF, el gobierno federal ha sacado otro decreto para darte más facilidades.
Así es, aunque usted no lo crea, el titular de Hacienda, Luis Videgaray, el mismo de la casa de Malinalco, ha dicho que se extenderán los beneficios para los pequeños comerciantes que están inscritos en el Régimen de Incorporación Fiscal.
Pero ¿por qué tomar esta decisión cuando se supone que necesitamos impuestos para tapar los hoyos que han dejado los ingresos petroleros?
Si recordamos, cuando se creó dicho Régimen, ya tenía beneficios: en primer lugar, el primer año se iban a subsidiar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) al 100%, si se tenían operaciones con el público en general. Para los años subsecuentes, se subsidiaría el 90, 80, 70, 60, 50, 40, 30, 20 y 10 por cada año, hasta acumular diez.
Con respecto al impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS), también se subsidiaría el primer año si se tenían operaciones con el público en general.
Como no hubo la respuesta esperada de incorporación de los negocios informales, el gobierno federal publicó otro decreto: Les darían más beneficios como un paquete social que incluía poder acceder a servicios de salud, guardería, afore (IMSS), obtención de vivienda (Infonavit), créditos para su negocio y personales en lo que se denominó Crezcamos Juntos y en la que si los contribuyentes se daban de alta, pagarían los dos primeros años una cuota al 50 por ciento.
Así transcurrió un año, y al parecer de los 28 millones de personas que viven en la informalidad sólo interesó darse de alta a algunos cuantos que no llegaban ni al millón. Por el contrario, muchos formales decidieron darse de baja y unirse a la informalidad.
Antes de que iniciara el 2015, otro decreto salió. Si el pequeño comerciante no rebasaba los 100 mil pesos anuales, podía apegarse al decreto y sólo pagar ISR, pues IVA e IEPS le serían subsidiados, o de lo contrario, si sus ingresos eran mayores iba a pagar ambos impuestos de acuerdo a un porcentaje establecido por la propia autoridad.
En eso estábamos, esperando esta modalidad que apareciera en la aplicación Mis Cuentas del SAT, cuando volvieron a sacar otro decreto ya publicado en el Diario Oficial de la Federación el día de ayer en el cual se amplían los beneficios del Régimen de Incorporación Fiscal. ¿Cuáles son éstos?
El gobierno federal va a subsidiar otro año al 100% de ISR, IVA e IEPS. ¡Bravo! Sin duda muchos dirán. ¡Otro año sin pagar!
Esto es lo que realmente no entiendo, si hubiese seguido el Régimen de Pequeños Contribuyentes, el gobierno tendría al menos una cantidad segura por cuota fija ¿Cuánto está dejando de recaudar con esta medida?
¿Por qué dice que los resultados del RIF son alentadores cuando en el último decreto afirma que solo se han registrado 899 mil contribuyentes de los 28 millones de personas que afirma Aristóteles Núñez, titular del SAT, están en la informalidad?
Con este Régimen plagado de Decretos con “beneficios” solo puedo deducir una cosa: El RIF no está saliendo como esperaban. Y creo que antes de dar marcha atrás, las autoridades hacendarias prefieren perder millones en recaudación de impuestos que aceptar su equivocación.
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