Los políticos
PRI: Medio millón
Salvador Muñoz
A ojo de buen cubero, calcula Alfredo Ferrari que cada uno de sus candidatos (o sea, del PRI), recorre en campaña, entre 5 ó 7 kilómetros al día. Quien ha roto esa marca (y no zapatos) no es Carolina Gudiño (quien presume una de dos cosas: O compra tenis bara-bara o pisa chueco), sino Tarek Abdalá. De ser así, ha de ser por lo largo de la zancada.
El PRI, en voz de su dirigente, tiene unos 500 mil militantes con credencial, de acuerdo con el último empadronamiento.
Se recuerda que cuando estuvo en la dirigencia estatal Edel Alvarez Peña, éste entregó a Reynaldo Escobar Pérez la credencial número 1 millón.
¿Qué pasó de Edel a Ferrari? Muchas versiones corren en torno a este medio millón de diferencia:
* ¡Por fin dejaron de contar a los muertos!
* Se “desinfló” el padrón como le ocurrió al PAN
* Constantino Aguilar se llevó al resto… (no se ría, es una hipótesis)
* Aún no dan su credencial a todos los panistas que han sido incluidos en este sexenio, ¡y entonces sí, juntan el millón!
* Se equivocaron y no era la credencial 1 millón, sino que eso le costó a Reynaldo entrar al partido…
* Algunos priistas tuvieron que reforzar al PRD si no, el Sol Azteca en Veracruz no tendría militancia.
* Otros priistas tuvieron que llenar las vacantes que tenía el Partido Humanista y el del Encuentro Social…
* Los candidatos independientes y su gente dejaron ese hueco
* ¡Ya! Rellenaron al Verde con algunos Rojos y por eso disminuyó el millón de militantes…
* O simplemente Alfredo Ferrari realmente hizo un padrón nuevo, real, auténtico…
En una elección atípica, donde se supone que todos los candidatos están en las mismas condiciones de competencia, donde tienen que trajinarle en aras de convencer a una población incrédula que rechaza a la política y por ende a sus representantes, el PRI, al menos en Veracruz, va a apostarle a algo: A su voto duro, y si se puede, a otra cosita…
No, no nos referimos al chanchullo como el que enjareta Miguel Ángel Yunes Linares a Alberto Silva Ramos, candidato por el distrito de Tuxpan, donde dice que hace uso de recursos públicos. Nos referimos a la atomización del voto o en el peor de los casos, al abstencionismo.
¿Por qué? Sencillo: Al ser una elección intermedia, al haber una campaña austera, al hacer política de tierra y enfrentarse cara a cara con un potencial elector, es posible que sea más fácil para un testigo de Jehová que se le abra la puerta a que se reciba a un candidato del partido que sea… la gente está desencantada de la política y vive con un resentimiento increíble que fácil se puede ver y más fácil plasmar en las redes sociales donde allí, cada quien, con o sin razón, despotrica contra su “candidato favorito”.
Al PRI, PAN y PRD, ya no se le cree por ser ellos… Morena, en el caso de que la gente decidiera salir a votar en contra de un sistema y sus comparsas, pudiera ser el ganón de este río revuelto.
Sí, nadie duda que los candidatos del PRI caminen de cinco a siete kilómetros diarios en su campaña. Lamentablemente no es un maratón ni es una carrera de resistencia… sino se trata de convencer a un pueblo de que voten por el PRI… o en el mejor de los casos, ¡que no salga a votar!, porque si se dan estos dos factores, con el medio millón de afiliados, con eso le alcanza al PRI para ganar.
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