Los nuevos amigos que voy encontrando en el camino de mi vida, me han hecho pensar en innumerables razones para dejar de pensar en aquellos que me han abandonado, aquellos que ya no me hablan, aquellos que ya no me buscan y que sin embargo; alguna vez convivieron conmigo. De ellos, he buscado a muchos y muchos he encontrado de nuevo pero a otros no. Con los primeros he reabierto nuevos horizontes, igual que con mis nuevos amigos; nuevas rutas de amistad y convivencia que me han permitido disfrutar de su sinceridad, lealtad y bondad.
Los amigos que se fueron siguen siendo amigos, siguen estando presentes en mi mente y en mi corazón por los valores recibidos antaño recíprocamente, mutuamente; aunque no nos vemos, pienso y piensan igual de mí como yo de ellos. Pienso me recuerdan igual que yo los recuerdo ahora. Después de todo, los amigos que se van sin despedirse, nunca se van del todo. Pero debemos aprender que si alguien no nos valora, no vale la pena seguir luchando y dándolo todo por alguien que no haría lo mismo por nosotros, esos no son amigos, son oportunistas. Los verdaderos amigos no abandonan, no condicionan, no critican, no abusan de tu bondad, están contigo siempre en las buenas y en las malas, cuentas con ellos y cuentan contigo en todo. No obstante, recuerde que si tiene éxito en la vida, ganará falsos amigos muchos y enemigos verdaderos también. Si es sincero y franco, muchos le engañarán, sea sincero y franco siempre. Los amigos son como los hermanos unidos en amor fraternal, son ternura, abrazos, paciencia, armonía, comprensión y todas las pasiones que alberga el amor en nuestro corazón. Así es que no me canso y le invito a usted a que no se canse también de buscar amigos desinteresadamente, por el simple placer de hacer amigos nada más. El ser humano debe y busca vivir en compañía, armonía y felicidad porque sabe que de la unión se pueden lograr grandes cosas, aquellas grandes pequeñas cosas de que está llena la vida y que a menudo ignoramos. Nos cansamos de buscar la felicidad en el éxito y el dinero, pero no nos damos cuenta que la felicidad no está en el dinero, y el éxito no es la felicidad, sino que la misma está en la humildad, sencillez y decoro que con honor, reverencia, dignidad y respeto debemos a Dios, a nosotros mismos, a nuestros semejantes y a las demás criaturas que cohabitan este hermoso lugar, nuestra Tierra, nuestra casa común.
La educación es preponderante y necesaria, indispensable en todos nosotros, pero los grupos oligárquicos de hombres millonarios que dominan y controlan el poder mundial, valiéndose de la plutocracia y otras disímiles argucias en todo el mundo, subrepticiamente, se oponen a ella en alto grado. Hasta ahora, parece que lo han logrado a través de diversas estrategias de manipulación mediática que la ignorancia misma nos impide observar. Despertemos, abramos los ojos, olvidemos la ceguera que nos produce tanta tecnología y tanta distracción. Para nuestro bien y el de las generaciones venideras, fruto del amor de cada pareja, hagamos consciencia y por el mismo amor a que les hago mención, procuremos infundirnos e infundir y divulgar el conocimiento invitando a nuestros semejantes y seres queridos que nos rodean a estudiar, leer, prepararse, porque se vienen tiempos difíciles, más difíciles de los que ya tenemos. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.