Manuel Zepeda Ramos
Contundente. Datos confiables porque los da una institución respetable como es el INEGI, al lado del Secretario de Educación del presidente Peña Nieto, también respetable y con un oficio político y administrativo de muchos años.
Son los datos sobre la condición laboral en la que se encuentran los que son responsables de formar a los cuadros futuros de México, los niños y jóvenes que, cuando crezcan y se califiquen profesionalmente, habrán de seguir gobernando nuestro querido país para rehacer el ciclo de crecimiento necesario al servicio de los que vienen. Son los datos estadísticos de los maestros de México.
Las cifras dan para mucho.
Impresionan las primeras porque se trata del trabajo sin remuneración, que es por amor a la carrera magisterial y a la formación de los que vendrán al relevo, o es por el compromiso a secas con quienes detentan el poder de la fuerza sindical y se lo ofrecieron para algún día. Cómo no van a impresionar esas cifras si dicen que 65 mil 800 trabajadores de la Educación no tienen plaza. Imagínese. Y no para allí. De esa cifra, 53 mil 386 son maestros frente a grupo; mil 507 son directores -¿eso no sería más bien un problema de la SEP, por ser administrativo?-, 4 mil 884 laboran como profesor y director -uff- y 7 mil 739 son docentes en apoyo educativo que incluye a los asesores técnico-pedagógicos. Y si esto ya era mucho, en contraste hay 97 mil 479 profesores que tienen 4 o más plazas, de quienes 90 mil son profesores con alumnos -¿con cuál de las plazas?-, 613 directores -de varias escuelas, según el número de plazas diría yo-, para terminar con 7 mil 771 docentes de apoyo a la labor educativa.
¿Ya acabamos? ¡Pues no! Hay otros 41 mil profesores que tienen hasta tres plazas, como lo leyó; 103 mil 884 formadores de niños y jóvenes que se desempeñan en funciones administrativas y docentes tienen 2 plazas, y 851 mil sólo tienen una. De todo este paquete de maestros que se niegan a ser evaluados, 672 mil 248 corresponden a docentes frente a grupo.
Se estima que el total del personal educativo nacional que sólo tiene una plaza, anda en el orden de un millón 94 mil 308 maestros.
Y sigue la mata dando. Según la SEP y el INEGI, del millón 195 mil mexicanos con tarea docente en nuestro país, 5 mil 671 laboran en más de 4 centros educativos; 17 mil 869 en tres; 192 mil 444 maestros laboran en más de 4 centros educativos; 17 mil 869 en tres; 192 mil 444 maestros laboran en dos escuelas, y 979 mil 747 están adscritos a una sola.
Se detectó también que 75 mil 226 empleados contratados como maestros ante grupo realizan su labor en espacios administrativos y en centros de apoyo a la educación básica y bibliotecas, esto es, no dan clase, para lo que fueron contratados. Pero se detectó que también laboran en instalaciones administrativas de gobiernos federales, estatales y municipales. Otros 90 mil 611 profesores se desempeñan en tareas administrativas pero ahora dentro de las escuelas de preescolar, primaria y secundaria, y también en centros de atención múltiple. En muchas partes pues, laborando con singular alegría “tocando pitos y flautas”, menos frente a un salón de clases.
Faltaba la cereza del pastel. Hay 39 mil 222 trabajadores que no fueron localizados y no porque hayan dado una dirección falsa o vivan en alguna plaza pública, no. ¡Porque nadie los conoce! Estos últimos, evidentemente ya no serán evaluados. A estos casi 40 mil desaparecidos, se suman 30 mil 695 comisionados -tampoco dan clase-, o con licencia sindical, o por estar en otra unidad administrativa, o por realizar otra comisión o actividad…o lo que sea, con tal de no trabajar. ¡Ah! También los que tienen licencia con goce de sueldo.
De las escuelas no hemos hablado. De 207 mil 682 escuelas censadas, 2 mil 249 escuelas están construidas precariamente. Además, 13 mil 643 alumnos estudian la enseñanza básica y media en vagones de tren, camiones abandonados o carpas viejas. “Escuelas móviles”, les dicen.
45 mil planteles del país no tienen espacios recreativos y seguramente si tienen-digo yo-, la tiendita sindical engordadora que fabrica niños obesos.
123 mil escuelas no tienen Internet y 125 mil no tienen línea telefónica. Sólo el 56.8 % tiene equipo de cómputo que funciona, frente al 89.8% de las privadas. Hoy, el 31.1% de las escuelas públicas tiene conectividad frente al 97.3% de las escuelas privadas.
¿Se acuerdan de la Enciclomedia de Fox, con la que se podía hacer viajes virtuales fregones?
Cuántos equipos habrán quedado sin funcionar, nuevos, por falta de conectividad.
¿Y el dinero gastado?
¿Con cuántos de los maestros del variopinto espectáculo aquí descrito se hará el examen?
Me respondo: ¿para qué? No dan clase. Andan en la comisión y son un chingo.
Estamos jodidos.