22 de Noviembre de 2024
 

¡A calentar nuestro nacionalismo!

Salvador Muñoz

 

Tenemos dos meses para calentar el ambiente nacionalista o patriotero... para buscar las mejores porras, seleccionar nuestra mejor camisa, ubicar nuestra mejor cantina, adquirir las sagradas provisiones dependiendo del partido que haya que verse o la fase que se alcance… entiéndase “provisiones” como cervezas, hielo, botanas, alguna que otra carnita, carbón, parrilla, etcétera.

 

Sí, porque nuestro nacionalismo se concentra en México en un solo punto: El futbol.

 

II

Es domingo… la mujer y yo en las gradas… estamos ubicados en un lugar estratégico. La pelota va de un lado a otro. Brinca poderosamente al contacto de cada jugador. Y cada vez que la pelota está a punto de hacer meta, un largo “¡Ooohhh!” se deja escuchar entre los espectadores… es imposible evitarlo… no, no es el partido del América contra Chivas lo que estamos viendo… es un encuentro de Pok-ta-pok, el juego de pelota maya.

Después de ese encuentro, vimos otro, que no sé cómo se llama… es una especie de hockey pero con una pelota en llamas pero igual, es maya… allí, en cada anotación o fallo, salieron a relucir frases más propias como un “¡hijo de la…!” o “¡puta mano!”

No fue futbol… no fue el América contra Chivas… pero cómo lo disfrutamos…

 

III

El miércoles pasado, después de escribir la columna, me siento frente al televisor, destapo una cerveza y me alisto para ver el partido de la Selección Mexicana. Entonces me encuentro con sus ojos, que son como dos capulines… la pregunta es obligada: “¿Quieres salir?” y basta para que brinque y se pare en la puerta. Entonces salgo con Harry a dar la vuelta al parque. Cuando regreso, va perdiendo México 2 goles contra cero.

Los comentarios de los cronistas televisivos los evito pero no puedo hacerlo con los del “feis” que se sienten heridos… ¡su orgullo está tocado! Pero es sólo cuando juega la selección mexicana que ese corazón se hincha de orgullo de ver a once hombres luchar por los colores patrios… es únicamente en un partido de futbol que la Constitución es flexible, elástica y permite impregnarnos de esos colores, de ese escudo, porque sabe que cuando el Himno Nacional se entone, miles de gargantas estallarán con esa misma vitalidad como lo hacen cada lunes o en cualquier evento cívico al que se asiste para honrar a nuestros héroes patrios… sí, sarcasmo puro… porque en esos actos cívicos el himno se canta con hueva, hasta con un dejo de vergüenza entre los asistentes. ¿Los ha visto? O más bien, ¿se ha visto? ¿Nos hemos visto? El himno más hermoso del mundo pareciera que no lo sentimos en esos momentos…

 

IV

Criticamos al gringo porque este cabrón es capaz de llevar hasta en las nalgas su bandera nacional… la trae en las playeras… la trae en las chamarras… la trae donde sea… decimos que no respetan sus símbolos patrios pero a diferencia nuestra, pareciera que el gringo sí se siente dueño de éstos y es seguro que si lo traen, es porque quiere que lo identifiquen como un ciudadano orgulloso de Estados Unidos de Norteamérica… no importa si no hay un partido de futbol, de box, de tae kwon do, de tiro al arco… a cualquier hora, el gringo se siente gringo… mientras, el mexicano, tiene que esperar que el Tri juegue para sentir en su piel, en su sangre, en sus rasgos, esa identidad que nos hace únicos, que nos une, que nos hace gritar con tanta energía y más fuerza que el clásico “¡Viva México, cabrones!”... ese grito que nos lleva a las lágrimas: “¡Goool de México!”

Y con eso, con un gol, con un triunfo sobre cualquier rival, por muy chico o grande que sea, es que nos sentimos mexicanos… pero sigamos ensayando… Ya nos tocó Estados Unidos ¡y empatamos!; vienen el 28 de mayo, los Turcos que no jugarán la Copa del Mundo; el 31 de mayo, Ecuador; el 3 de junio, ante Bosnia y Herzegovina y el 6 de junio, el Tri cierra esa gran preparación ante Portugal.

 

Tenemos tiempo para calentar nuestro nacionalismo antes de llegar a Brasil… pero eso sí, si no nos convence el Piojo en esta temporada, como buenos mexicanos, ¡pidamos su salida! porque somos capaces de exigir todo a un Director Técnico antes que a un alcalde, un Gobernador o un Presidente… ¡Goool!



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