¡ADELANTE!
Quién dice que no se puede
José Valencia Sánchez
Xalapa anhela con fervor un gobierno capaz de sanear y hermosear los lagos del Dique y sus bellos parques y jardines, introducir drenaje en zonas donde se carece de este servicio, pavimentar las calles de la periferia, mejorar el sistema de recolección de basura, convertirla en una ciudad realmente limpia, resolver de tajo el problema del tráfico de vehículos, ya sea implantando el programa Hoy no circula parejo o construyendo vías aéreas o segundos pisos, solucionar a fondo el problema de desabasto de agua potable.
Y aún hay más, como solía decir Raulito Velasco: Xalapa exige autoridades dispuestas a imponer vigilancia policíaca con auto-patrullas y motos en las colonias populares; a otorgar becas a estudiantes aplicados y desayunos escolares a niños de escasos recursos económicos.
Se preguntarán y con razón, ¿cómo rayos se alcanzará este edén y con qué dinero?
Con la participación de los tres niveles de gobierno, de empresarios con sentido social y ansiosos de invertir en su municipio, académicos, estudiantes, intelectuales, periodistas, asociaciones civiles y todos aquellos hombres y mujeres decididos a coadyuvar en una gran cruzada de beneficio colectivo.
Nadie se negaría a responder con ideas y proyectos ante una convocatoria de las autoridades cuyos resultados redundarían en beneficio de todos los habitantes de Xalapa.
Y como se requiere de un mega-presupuesto para estas magnas obras, se puede recurrir a financiamientos nacionales e internacionales. Sólo necesitamos voluntad política y mucha ambición.
En Orizaba, por ejemplo, lograron instalar un teleférico que, a pesar de las fallas conocidas, constituye un singular atractivo turístico.
En ciudades de otros países captan, almacenan, tratan y aprovechan el agua de lluvia, ¡por qué no habríamos de hacer aquí lo mismo en vez de que los tremendos aguaceros de cada año causen inundaciones y se desperdicien miles y miles de litros del preciado líquido!
No es factible ampliar las angostas y empinadas calles de la capital, pero sí erigir segundos pisos y distribuidores viales para aliviar el intenso y conflictivo tránsito vehicular o implantar el Hoy no circula en transporte público y particular.
Haríamos de Xalapa la ciudad ideal, nos sentiríamos más orgullosos de ella y atraeríamos infinidad de visitantes de México y el extranjero.
Este esquema es aplicable también, con las pertinentes adecuaciones y adaptaciones, en los demás municipios del estado donde existan mujeres y hombres resueltos a luchar por metas y sueños aparentemente fantasiosos.