En 1999, cuando estaba en último semestre de la licenciatura, escribí mi tesis acerca de la naturaleza jurídica del DIF. En 155 páginas, que entonces hice con la mayor seriedad, desmenucé los aspectos jurídicos que enmarcan esta institución. Quince años después, desde Casa Veracruz y presidiendo el DIF Estatal, recibo con satisfacción la aprobación de las últimas correcciones a mi tesis doctoral.
El tema sigue siendo el DIF, esta vez visto desde el ángulo del análisis económico. En el documento hago un recorrido por la historia de esta institución; analizo la asistencia social desde una perspectiva liberal; hay un capítulo dedicado a la constitución del Estado de Bienestar en México, y al final analizo la situación de la vulnerabilidad social de tipo familiar en nuestro país.
Les comparto la noticia justo en el mes de la Cruzada contra el Hambre y un par de días después de haber participado en la instalación del Consejo Estatal de Desarrollo Social, coincidencia que cobra especial significado y me anima a redoblar esfuerzos.
Me entusiasma que, según mediciones del Coneval, el año pasado 327 mil veracruzanos dejaron la condición de pobreza extrema; que hay 306 mil 200 veracruzanos menos en condición de pobreza y que trabajamos de manera coordinada todas las instituciones para seguir avanzando. Saber que en estos resultados va un granito de arena de mi parte me llena de orgullo.
No sabía que algún día iba a presidir el DIF Estatal de mi entidad, no sabía que iba a ser primera dama, no me imaginé que iba a poder influir en la aplicación de las políticas públicas veracruzanas. El haber estudiado ha hecho toda la diferencia en mi manera de abordar esta responsabilidad y en mi vida en general, ha sido para mí como una llave maestra.
Dedico esta columna y mi tesis doctoral a todas las niñas veracruzanas, haciéndoles saber por esta vía que la preparación académica les puede abrir puertas inimaginables.