Sigue Neftalí Urbina Díaz contándonos su odisea del pasado lunes 16, cuando enfrentó la poco envidiable aventura de tratar con tránsitos y gruyeros en Xalapa, porque le levantaron su vehículo.
Le cedo la palabra a su queja:
“Me informó” [un empleado de la Dirección estatal de Tránsito] “que tenía que pasar a la Oficina de Hacienda del Estado a cubrir la infracción, pero como ya pasaban de las 2 de la tarde no iba ser posible el pago hasta el otro día y que si el auto se quedaba en el corralón tendría que cubrir la cantidad de 300 pesos por almacenaje, y que como mi vehículo era camioneta el costo sería de más de mil pesos. Indignado le respondí que estaba equivocado, que mi carro es compacto para cinco pasajeros y de cuatro cilindros. Mi queja no tuvo éxito. Te explico que mi auto es una Meriva 2005, que dista mucho de ser una camioneta.
Al pagar el arrastre del carro, reviso el inventario y pago lo correspondiente, que en total fue de 411 pesos, sin que se me entregara ningún recibo por el pago, ni tampoco ninguna constancia de que mi carro había sido levantado. El improvisado corralón se encuentra en la Calle de Landero y Coss casi 20 de Noviembre, con el membrete de ‘Arrastres Profesionales’. El documento que me mostraron no tiene razón social ni registro de Hacienda.
“Pero por favor tenme paciencia, porque ahí no termina el asunto. Al otro día me dirijo de nueva cuenta a recoger la licencia que había quedado como garantía del pago a la Oficina de Hacienda. Me dispongo a cerciorarme de estacionarme en lugar donde no hubiera la menor duda de que está permitido el aparcamiento. Observo que una grúa está mal estacionada y obstruyendo la circulación con dirección al Teatro del Estado. Le expongo al conductor que los primeros que deben de respetar el reglamento y el ‘Cero Tolerancia’ son ellos. Que si yo estuviera estacionado de forma inmediata se lo cargarían. Le informo que lo voy a reportar y esta persona ni tarda ni perezosa me manda mucho a chingar a mi madre. Veo el membrete de la empresa ‘Grúas Méndez’.
Le reclamo su actitud y me la retacha. Entonces, lo reporto con dos oficiales de la Policía Estatal y simplemente lo exhortan a que me pida una disculpa y ahí muere.
Esa fue mi odisea el día de mi cumpleaños. ¿Cómo ves?
Entonces me pregunto: ¿Hasta cuándo se va a acabar la impunidad? ¿Qué tiene que pasar para que se termine con las pillerías de unos cuantos?
Te aclaro que gracias a la intervención de un mutuo amigo, funcionario de Comunicación Social y que me reservo su nombre porque es muy discreto, pero es un verdadero cheque al portador, fui atendido posteriormente de forma diferente, por recomendación del Enlace de Prensa de la Secretaría de Seguridad Pública, al cual no tengo el gusto de conocer”.
Neftalí Urbina Díaz es Director General de la revista Trayecto y del portal de noticias Trayecto Político.
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