Continúo con las atinadas observaciones y las plausibles ideas que propone Mauricio Antonio Arredondo para mejorar el asunto de la vialidad en la capital veracruzana.
En la entrega de ayer, dejamos a don Mauricio hablando de los señalamientos verticales y horizontales, y continuamos con ellos:
“Las autoridades de los tres niveles de gobierno, de acuerdo a sus competencias, DEBEN establecer los señalamientos correspondientes. Xalapa en los últimos tres años se saturó de letreros y se pintarrajearon pavimentos ocurrentemente, sin ton ni son, fuera de toda norma y a interpretación de cada quien.
“Sólo por dar un ejemplo, las líneas continuas no pueden ser cruzadas, unicamente; sólo se permite cambiar de carril cuando no son continuas. Hay razones técnicas como: falta de visibilidad, proximidad a una salida o carril de desaceleración o incorporación (inexistentes en la Zona Centro de Xalapa), diferencias de velocidades entre carriles, etc., y muchas otras. El color amarillo en guarniciones es restrictivo para estacionarse. Sin embargo, en los últimos años se han pintado todas las guarniciones de ese color y se ha tenido la ocurrencia de en algunas partes pintarlas de verde (que no significa nada). Hasta la pintura para pavimentos debe ser de cierta cualidad y calidad (tráfico intenso) y no vinílica, que despues de la foto en quince días se borra”.
El señor Arredondo me dice que hay varias personas en la región que saben mucho del tema, y me recomienda “buscar al Ing. Alfonso López Pineda, creo que está en el Ayuntamiento local, y ya fue Subdirector de Vialidad en administraciones estatales pasadas. Él si sabe y está especializado en la materia”.
Finalmente, me sugiere este agudo corresponsal que “a fin de transmitir una buena imagen de esta administración, se les prohíba a servidores públicos, sus choferes y güaruras estacionarse en las inmediaciones del Palacio de Gobierno (Allende, en los bajos de Parque Juárez), afuera del Palacio y en Enríquez frente al Palacio Municipal. Eso ayudará mucho, verá que habrá mas fluidez en el centro y se democratizará la vía pública“.
Termina con una despedida amable: “Gracias por su tiempo” y entre paréntesis me aclara: “(y no busco reflectores ni chamba)”.
Este ejercicio que me compartió el señor Mauricio Antonio Arredondo y que yo a mi vez he compartido aquí, da muestra de que la participación de todos es la única política que llevará a soluciones.
Dos —o muchas cabezas— piensan más que una.
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