De no saber orientarlos y reencauzarlos podrían padecer estragos en su educación
José Miguel Bautista Hernández
Las dificultades que puede encontrar un niño dentro de su vida educativa, pero sobre todo en la infancia puede ser basto, y es que las consecuencias pueden desarrollarse en muchas formas, por lo cual es saludable detectar este tipo de barreras y evitarlas a tiempo con el desarrollo de otras aptitudes o habilidades que puedan volver a encauzar o redirigir los conocimientos.
En entrevista con Miguel Ángel Laray Fernández, vicepresidente de la escuela para el desarrollo de talentos “Tlakakini”, tomar a la ligera este tipo de investigaciones es peligroso, pues como se vislumbra hoy en día, la deserción escolar cada vez es más constante, porque la mayoría de infantes o adolescentes no sienten la seguridad de poder desarrollarse en un salón de clases y les cuesta trabajo aprender con el mismo método algunas materias que para otros resultan normales.
En este sentido, aseguró que la detección oportuna de este tipo de problemáticas hace la vida más fácil a los involucrados, pues muchos de estos podrían no alcanzar un buen grado de productividad al llegar a su vida laboral e incluso tienen resistencia a la adaptación en ellos, o en casi todas las áreas en las que se ven inmersos.
Desarrollo de aptitudes, la opción emergente
Por el contrario de este tipo de pequeños, se encuentran los chicos que aprenden con facilidad, quienes obtienen buenas notas, y ejemplifican su laboriosidad con calificaciones, pues estos, tienen talentos o habilidades que son explotadas por ellos mismos, y que las encauzan en algo para lo cual tienen talento, sin embargo, no hay por qué distanciar unos de otros, pues ambos tienen cabida dentro de un mismo grupo y lo único que necesitan es ayuda para suprimir estos problemas y potencializarlos a unos y otros.
Dentro de la institución aclaró que se vislumbran muchos aspectos, ejemplo de ello es la lectura, escritura, razonamiento, etc., por lo que los cursos o lecciones que tomen influirán notablemente en quién y cómo las instruya, ya que señaló que solo gente muy capacitada debe estar al frente de grupos, pues muchas veces los negocios que ofertan este tipo de ayudas no son los adecuados, ya que algunos carecen de validez pedagógica y vuelven complicadas aún más las actividades más comunes en las que nos vemos envueltos cada día.
Mencionó la importancia de realizar evaluaciones pedagógicas para conocer de dónde provienen esas dificultades y atribuir los medios adecuados, pues en este caso no solo es repasar en clubes de tareas, sino incentivar otras aptitudes como la de aprender un nuevo idioma como es el inglés, deporte ciencia como lo es el ajedrez y otras asignaturas más para poder controlar estos problemas y reencauzarlos hacia mejores comprensiones lectoras o escritoras.
Al tratarse de una deficiencia o dificultad en áreas específicas, no se arregla nada con presionar a los chicos u obligarles a que trabajen el doble para mejorar, sino que precisa un aprendizaje enfocado a mejorar estos aspectos lo antes posible como la institución ofrece, por el contrario no se saldrá adelante, sino que agravará sus problemas al irse sintiendo cada vez más al margen de los conocimientos del curso y, en ocasiones, hasta de los propios compañeros, sostuvo.
Cuanto antes se diagnostiquen las dificultades en estas áreas, antes logrará el niño adquirir las habilidades para afrontar los aprendizajes posteriores, opinó.
Por último, afirmó que no únicamente los retrasos escolares podrían causar estas dificultades, por lo que también pueden verse evidenciadas por los déficit de atención e incluso algo tan común como la hiperactividad, lo cual en todo caso las áreas a tratar serían totalmente diferentes, teniéndose que cubrir en este caso programas orientados a la impulsividad, la reflexividad, y distintos tipos de atención, finalizó.