-Debido a la falta de cuidado de los hijos. Los tienen abandonados
Por Brenda Pérez Aguilar
“Debido a que los hijos no le brindan ni la atención, ni los cuidados que requieren los abuelitos, estos lo perciben, por lo que sienten que ya les estorban, muchas veces caen en ansiedad y depresión, lamentó el geriatra martinense, Gustavo Guevara Ortiz.
El profesionista explicó que desafortunadamente ahora en muchos hogares tienen a los abuelitos arrinconados, cuando en la antigüedad, los adultos mayores eran la máxima autoridad, quien daba la última palabra, pero ahora no es así.
“He escuchado a varias personas decir: A mi padre ya lo tenemos en la esquina de la casa y entonces vienen muchos síndromes que no conocemos por ejemplo el del anciano abandonado, de fragilidad, de capilaridad y son muchas cosas que le pasan a los abuelitos y que involuntariamente no lo vemos”, puntualizó.
Comentó que algunas personas le dicen que le quieren llevar a su papá, porque ya no come y ya no tiene ganas de vivir, pero entonces tiene que buscar la raíz del problema y resulta que por ejemplo que don Carlos, un señor de 95 años, tiene nueve hijos y solamente dos ven por él, mientras que los otros siete ni lo visitan, a pesar de que a todos les dio una carrera.
Asimismo lamentó, que se estén perdiendo muchos valores, como por ejemplo la visita a la casa de los abuelitos, el apoyo a los adultos mayores y a pesar de que muchos hijos dicen que no tienen la obligación de ayudarlos, están equivocados, ya que son sus padres, por lo que aquí se le tiene que dar tanto atención al paciente, es decir a los abuelitos como a los hijos.
Remarcó que aquí se le brinda tratamiento médico a los abuelitos e incluso tratamiento psicopedagógico al familiar, por lo que definitivamente la especialidad de geriatría es una carrera muy bonita, nueva y hermosa que se dedica a preparar su vejez, para que tengan una vejez digna, de calidad.
Por último, pidió a los martinenses que todavía tienen la fortuna de tener vivo a sus padres para que los apoyen y los disfruten, ya que no es válido que les lleven flores ya cuando están en el panteón, pero ahorita que están vivos les pueden decir lo mucho que los aman, que los quieren, los pueden llevar a comer, a pasear, pero sobre todo a sus consultas médicas.