16 de Julio de 2025
 

“Si no hablas español, sí hay un problema”; extranjeros en CDMX reconocen tensiones por gentrificación

 

  • Tras la protesta contra la gentrificación, algunos residentes extranjeros consideran que el problema de fondo es la falta de políticas públicas en la capital del país

  

EL UNIVERSAL

CDMX.- “La llegada de personas extranjeras ha ido terriblemente en aumento. Entre nosotros ya nos reímos y decimos que el último mexicano que quede se lleve la bandera”, dice entre risas Adriana Garza, vecina de la colonia Condesa, en la Alcaldía Cuauhtémoc, de la Ciudad de México.

La marcha anti-gentrificación del pasado 4 de julio generó críticas por destrozos en negocios y algunas de sus consignas contra la presencia de personas de otros países en la capital del país. “Fuera de México” o “no te queremos, gringo”, fueron algunas de las frases que se vieron en cárteles y pintas.

Tras la movilización, EL UNIVERSAL realizó un recorrido por las colonias Roma y Condesa para preguntarle a personas de extranjeras su opinión sobre estas expresiones.

 

¿QUIÉN ES RESPONSABLE DE LA GENTRIFICACIÓN?

 

“Estamos aquí como turistas, lo que nos parece bien porque aportamos dinero al turismo y a la economía. Pero también es complicado si lo hace más difícil para la gente que vive aquí, así que veo los dos lados de la cuestión”, dice un turista estadounidense entrevistado que pidió no revelar su nombre.

“Creo que la gente mezcló muchos temas en uno solo y culpando únicamente a nosotros extranjeros por cosas como el aumento de costo de vida y las rentas. Me sorprendió tanta violencia, era mucha xenofobia”, señala Stephen, un estadounidense que reside en la capital del país y que accedió a conversar bajo la condición de que no se le tomasen fotografías.

No obstante, puntualiza en que la protesta de habitantes de la Ciudad de México es legítima y señala que algunos de sus compatriotas no siempre están interesados en involucrarse en la cultura local: “quieren tener el mismo estilo de vida que en sus ciudades”.

En este punto coincide Cas, un ciudadano británico. “La gente llega, pero no quiere mezclarse con la cultura. No quieren unirse; quieren que su propia cultura sea más importante. Entonces, si no intentas hablar español, si no tratas de entender la cultura, respetarla y valorarla, entonces sí, tienes un problema”, asevera.

Joanna, de origen colombiano, dice estar de acuerdo con el arribo de personas con mayor poder adquisitivo, pues eso significa “más dinero para los que están acá (...) si tú tienes un negocio, tienes oportunidad de vender más. Hay que subirse en la ola en lugar de estar en contra de todo lo que los demás tengan y usted no tiene”, comenta.

Sin embargo, Stephen, quien lleva dos años viviendo en la Ciudad de México, reconoce que la llegada de personas de otros países ha tenido un impacto, pero advierte que el problema de fondo es la falta de regulación. “La razón por la que tu café cuesta tanto en la Condesa no es solamente culpa de extranjeros, también de whitexicans”, ejemplifica.

“Ya son muchos extranjeros aquí, pero han traído negocio y dinero, ¿se ha encarecido todo? Sí, pero ¿por qué la autoridad no pone un límite?”, dice Adriana Garza, habitante de la Condesa desde hace 35 años.

Stephen también atribuye parte de la molestia de los manifestantes a la actitud hostil que del presidente Donald Trump mantiene contra migrantes en su país. “Obviamente, las políticas de los Estados Unidos ahorita están afectando a cómo se siente la gente aquí”, sostiene.

 

COPRED LLAMA A NO CAER EN DISCURSOS DE ODIO

 

En entrevista para EL UNIVERSAL, Geraldina González De la Vega, presidenta del Consejo para Prevenir la Discriminación en Ciudad de México (Copred) reconoce que la movilización del pasado 4 de junio fue por una causa legítima, pero señala que el Consejo se mantiene atento a que los discursos de odio no utilicen como una vía para exigir derechos o exigir acción de parte de las autoridades.

“Nos preocupan los insultos hacia las personas por su nacionalidad o desearles la muerte. Eso es discurso de odio. Aunque, ojo, eso no se traduce en que exista discriminación desde el punto de vista estructural hacia las personas extranjeras del norte global”, es decir, aquellas provenientes de países con altos niveles de desarrollo económico y social. “Viven y conviven de manera muy pacífica en esas colonias”, detalla.

La abogada puntualiza en que no existe ningún tipo de “racismo a la inversa”. Sin embargo, considera que es importante evitar los discursos de odio. “En esta ciudad la libre manifestación y la libertad de expresión están protegidas, pero no pueden derivar en hechos violentos”, señala.


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