23 de Noviembre de 2024
 

El agua no debe ser una mercancía

 

 

* Podría llegar el momento en que el vital líquido solamente estaría disponible para quienes puedan pagarla

Facundo Bartolo Salazar

El agua no debe ser una mercancía, al menos no la totalidad de la que existe en el país, pues es claro que podría llegar el momento en que el vital líquido solamente estaría disponible para quienes puedan pagarla propiamente, en lugar de ser considerada como un derecho humano, tal como está debidamente consagrado en la Constitución, expuso Rafael Tolentino Calderón, abogado litigante.

Explicó que “en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, concretamente en el artículo 4, párrafo 6, se encuentra establecido que el agua es un derecho humano, pues dice que ‘toda persona tiene derecho al acceso, disposición, saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible’ ”. Añadió que lo anterior implica que el gobierno y los legisladores deben mantenerse pendientes y vigilantes de las acciones que tienden a privatizar el vital líquido, lo cual sería muy riesgoso, pues de esa manera quedaría como un producto al libre mercado, de tal manera que sus precios podrían ser en su momento exorbitantes, y por lo tanto, fuera del alcance de muchos mexicanos.

Tolentino Calderón insistió en que ya se ha hablado de esas tendencias privatizadoras y comercializadoras hacia el agua, de parte de grandes empresas y demás figuras públicas, con el pretexto de garantizar más recursos para conservar ese valioso recurso natural, y garantizar su abasto. Sin embargo, opinó que detrás de esas supuestas bondades para conservar el agua disponible en el país podrían estar quienes pretenden apoderarse totalmente del vital líquido, simplemente para venderlo a precio de oro, en sus diferentes cantidades y modalidades.

Dijo que ante ese panorama, no se debe olvidar que el Estado debe garantizar, tal como lo marca la ley, el derecho humano al agua, mediante los artículos 4, 27 y 115 de la Constitución, en los cuales se sientan las bases para la legislación sobre el vital líquido. Finalizó diciendo que en cierta medida, las empresas tendrían el derecho de disponer del agua necesaria para sus actividades, incluyendo purificar y embotellar para su venta, pero sin llegar a controlar toda el agua disponible, porque de esa manera muchos mexicanos quedarían sin acceso al vital liquido, en caso de que los precios se disparen desmedidamente.                         


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