-Imperdonable que algunos nieguen este hecho, dicen pescadores
Por Miguel Bautista
La contaminación en el río Bobos por parte de algunas empresas es una aplastante y visible realidad, por lo que resulta imperdonable que algunos nieguen o quieran ocultar este hecho, señaló Aurelio Ortega, integrante de la sociedad de pescadores protectores del medio ambiente de El Pital.
En este sentido, los pescadores de este afluente hicieron la recomendación a los ciudadanos para que en la mayor medida se abstengan de realizar algunas actividades en dicho afluente, esto debido a los altos índices de contaminación que presenta el río Bobos.
Manifestaron que a simple vista este cuerpo de agua está contaminado, además de las aguas residuales que se descargan diariamente en el mismo lo convierte en no apto para bañarse, nadar o hacer alguna otra actividad que implique sumergirse en sus aguas, aunque no descarta que muchas personas no atiendan esta recomendación durante el próximo periodo vacacional de Semana Santa.
Una de las mayores evidencias de esta toxicidad que tiene el afluente es la mortandad de peces que presenta de manera continua y sobre todo en este periodo que se repite año con año, pero que lamentablemente ninguna de las autoridades federales, estatales o municipales se han atrevido a defender, y solo se han atrevido a levantar la voz algunas asociaciones de pescadores, sin que haga mucho eco su denuncia.
La contaminación de la que es víctima el río desde hace varios años es prácticamente consentida por las autoridades, y será difícil de regresar la riqueza en biodiversidad acuática de la que alguna vez llegó a ser este imponente río.
Finalmente, hizo el llamado a las autoridades y sociedad para detener el daño que se le está haciendo al afluente con la descarga de desechos de manera diaria, pues no solo se está dejando al cuerpo de agua sin especies, sino que también ha llegado el grado de no ser recomendable para las personas, ya que de entrar en contacto con el agua pudieran presentar infecciones en la piel o cualquier otro tipo de infección que pudiese resultar perjudicial para la salud pública.