-Que acabaron con la vida de mexicanos a finales del siglo XIX y principios del XX
Por Brenda Pérez Aguilar
En su participación en el programa “Un Minuto en la Crónica de Veracruz”; el cronista de Nautla, Jorge Lorenzo Rojas Miguel, destacó que a finales del siglo XIX y principios del XX, los fenómenos naturales como ciclones, heladas y sequías con consecuencia catastróficas fueron apenas el inicio de la cadena de desgracias que sufrirían las familias de esta región.
En 1862, indicó, fue un año terrible para Jicaltepec, en el mes de mayo, el vómito negro o fiebre amarilla se hizo presente en esa comunidad.
Agregó, que el mismo cónsul de Francia en México, Camille Castagñe fue contagiado por esta enfermedad; aun así, se tenía la esperanza de que el viento del norte que pronto soplaría terminara con la epidemia.
Refirió, que tres décadas más tarde en 1892, estas tierras sufrieron el embate de nuevas enfermedades, casi todo el mundo enfermó de fiebre benigciosas o de influenza.
En una carta con fecha del 29 de noviembre de ese año se relata que, desde el mes de junio hasta ese día, se habían enterrado a casi a una persona a diario, la gran mayoría casi mexicanos, esto como consecuencia según la observación del escaso cuidado de estos en las medidas de conservación de su salud.
“Todos estos sucesos acrecentaron el temor de las familias, pues corría el rumor de que en 1900 acabaría el mundo”, narró.
En esas fechas durante el periodo más intenso de la epidemia se cavaban nuevas tumbas para las familias, las cuales eran transportadas en una carreta tirada por un caballo que en ocasiones llevaba en un solo viaje hasta cuatro ataúdes.