17 de Septiembre de 2024
 

Citricultores solo ven morir sus árboles por el HLB

 

 

* Daños en las huertas son cada vez más notorios, además de los estragos que dejo la sequía

Facundo Bartolo Salazar

Los citricultores solo ven morir sus árboles por el HLB, sobre todo los de naranjo, que, de acuerdo con los conocedores, es más susceptible a la enfermedad que otras variedades cítricas, y desafortunadamente, los daños en las huertas son cada vez más notorios, además de los estragos que dejo la sequía, de los cuales hay una recuperación gradual, señaló Leobardo Pérez Rendón, productor.

Reconoció que “es lamentable que muy pocos productores tengan alguna idea de la forma de retardar al menos los efectos del HLB en los árboles, con su experiencia, y algunos conocimientos que van recogiendo de combinar químicos, hierbas, y algunas frutas que pueden ser útiles”. Dijo que, en ese contexto, se requiere de asesoría técnica calificada para mejorar las acciones que se pueden emprender para al menos intentar que la enfermedad se frene y tener la posibilidad de preservar por más tiempo las huertas.

Pérez Rendón dijo tener conocimiento de que, a estas alturas, algunos técnicos ya están hablando de que habrá patrones tolerantes al HLB, el mismo “cuento” que se inventó hace tiempo ante la supuesta devastación de la citricultura que amenazaba por el Virus de la Tristeza. Apunto que lo bueno para los citricultores en ese entonces fue que esa enfermedad nunca llego, y solo los grandes viveristas fueron apoyados para producir los patrones tolerantes para sustituir los árboles en huertas.

Aseveró que ahora, la realidad es muy diferente ante el HLB, pues ya se observa el ataque de la enfermedad, y en contraparte, son prácticamente inexistentes las acciones al menos para contrarrestar esa problemática. Menciono que ni de parte del gobierno, ni de parte de la iniciativa privada se proponen alternativas al respecto, y desafortunadamente ya hay efectos de los daños del HLB, lo cual por principio de cuentas ha traído como consecuencia escasez de naranja y un desmedido incremento en su precio.


Lo último en el Heraldo