Juan Carlos Jiménez
El comercio informal o ambulante, pero en específico los carretilleros que han ido ganando espacio en los alrededores de lo que fue el mercado de Tlapacoyan ofrecen un servicio de mala calidad y pésima atención a los clientes.
Debido a que no hay quién los sancione o que Profeco esté pendiente de los productos que venden o de la atención que dan a los clientes ofreciendo los productos a conveniencia de los propios comerciantes, sin que la clientela decida qué llevar.
Esto principalmente en los carretilleros que venden frutas, como melón, piña, mango, sandía, entre otras frutas, donde si la clientela escoge algún producto en específico no les respetan el precio o cambian el producto por uno de menor tamaño.
Lo que molesta a la población que busca obtener un producto a cambio de su dinero, llevándose la sorpresa que reciben un producto que no es a su satisfacción, por lo que deciden ya no llevarlo.
En este caso el comerciante llega a molestar y contestar de mala manera, al grado de discutir con los clientes, por lo que es necesario que alguna autoridad los sancione o les llame la atención, en este caso la más cercana sería la dirección de comercio, la que podría imponer sanciones.
