En días recientes hemos escuchado sobre conflictos entre Rusia y Ucrania, que amenazan a entrar en guerra dejando al mundo en vilo, pues en tiempos sensibles donde la vida es muy preciada, la guerra resulta una ironía amarga, aunque esto ya se estaba cocinando desde hace mucho tiempo.
No es la primera vez que existen rencillas en la zona, pues el punto de tensión surgió en 2014 cuando Rusia anexa de forma cuestionable la Península de Crimea, alegando que es territorio ruso, dejando una situación difícil para Ucrania porque le estarían quitando territorio, sin olvidar que este último se quiere unir a la OTAN, irritando al gobierno ruso ya que atenta contra sus intereses.
Hay que darle un vistazo a los antecedentes y ver en qué situación están parados estos países. La tensión en la zona de los Balcanes viene desde el siglo XIX cuando se estaban acomodando los territorios y antes del armisticio de 1870, el territorio ucraniano estaba en disputa entre Rusia y Prusia, pero que en las últimas dos décadas del siglo se dio una tregua que se sabía pasajera pero que dio un respiro hasta los primeros años del siglo XX, iniciando la guerra de los Balcanes y más tarde la Primera Guerra Mundial que dejaría un cambio brutal en la composición geopolítica de Europa del Este.
Sin embargo la historia de Ucrania y Rusia es de muchos años atrás, puesto que el inicio de la civilización rusa inició en Kiev, la actual capital de Ucrania, que pasó una odisea para ser un territorio ciertamente independiente, aunque para 1918, iniciaría anexión a la naciente Unión Soviética, que con métodos cuestionables, hizo que Ucrania formara parte de las 15 republicas soviéticas, ligando por muchos años a Ucrania con Rusia, llegando a ser junto con Bielorrusia, los países más poderosos de la URSS después de Rusia.
El cambio para Ucrania iniciaría en 1986 con el desastre nuclear de Chernóbil porque la magnitud del incidente desencadenaría el descontento de los ucranianos, siendo espectadores de como el manejo de los comunistas provocaron muchas desgracias, cuestionando a Mijaíl Gorbachov, líder de la URSS y a su vez, el replanteo de la unión con Rusia, llevando a una serie de protestas que darían como resultado su independencia en 1990, visualizando al fin una nación libre, pero que en los años post soviéticos tendrían una grave crisis pues estaban iniciando de cero sin la ayuda de Rusia, logrando acercarse más a Europa como aliados comerciales y políticos, sin embargo ese hecho contrastaría con los planes de Rusia de hacer un bloque que compitiera con la Unión Europea, llegando a un punto de inflexión en 2014 cuando Rusia anexa de forma ilegal la Península de Crimea perteneciente a Ucrania, bajo el argumento de ser culturalmente rusa ya que este país tiene habitantes rusos y ucranianos pero con un concepto interesante porque la parte rusa habita el este de Ucrania, donde se encuentra Crimea.
A lo anterior le añadimos que Ucrania ha tenido mucho acercamiento con la Unión Europea, pero Rusia ha hecho todo lo posible para que no se una pues significa tener al rival político al lado de ellos, siendo este Estados Unidos y los países de la OTAN.
Ante este contexto ambos países fueron armando sus fronteras de forma descomunal llegando al punto más crítico en este 2022 donde ya se está previendo que en cualquier momento puede explotar el conflicto porque los países aliados de Ucrania están llevando tropas para ayudarlos y tener en la mira la frontera rusa, mientras que los rusos están haciendo lo mismo, expresando nulas intenciones de ceder.
Con esto concluimos que el conflicto de estos países ya involucró a toda Europa y parte de Asia, dejando al resto de mundo en vilo y en espera de una guerra que ya se nota inminente con recursos diplomáticos agotados y un pique político internacional entre Rusia y USA en apoyo a Ucrania, pues las declaraciones de Biden, Putin y Zelenski dejan ver su determinación por ganar el asunto mediático ya sea por argumentos o por las armas.
Es momento de reflexionar, pues los conflictos bélicos siempre han sido parte de la historia, pero a la larga los afectados somos los ciudadanos comunes frente a los interese políticos y económicos de aquellos que están al frente o que permanecen tras bambalinas, dejándonos simplemente a la espera de una posible guerra en medio de un virus que está matando gente y que nos debería de cambiar como seres humanos y hacernos ver que el poder no es nada al lado de la vida, o ¿Qué opinas?
