24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión / Breve historia del calendario

 

            La intención de Julio Cesar era establecer un calendario de 365 días y cuarto, fijando un año bisiesto cada cuatro. Con 10 meses cada uno, y haciendo coincidir el inicio del año con el día mas corto (solsticio de invierno, lo que hoy es el 21 de diciembre). Con ello, el invierno comenzaría el primero de enero.

 

            No se pudo, el pueblo Romano era muy supersticioso y deseaba un calendario lunar. Exigió a través del senado, que el año comenzase en la luna nueva de ese año, la que se presentó 10 días después del solsticio de invierno. Es por ello, que el año comienza 10 días después del solsticio de invierno (21 diciembre). SENATUS POPULUSQUE ROMANUS (SPQR.), que significa: Senado y Pueblo Romano. Y en cierto sentido, esto afectó la fecha de la Navidad, la cual se pretendió fijar en el solsticio de invierno. (Pero fallaron por tres días). El nuevo calendario no modificó la cantidad de 10 meses existentes. Pero posteriormente a la muerte del Cesar, se agregaron dos meses más, después del mes quintilis. Uno se bautizó como Julio, en honor del Cesar. y agosto, en honor del emperador Augusto. Este calendario fue bastante preciso y se conservó en uso hasta el siglo XVI, cuando se hizo notable la acumulación de los pequeños errores del mismo. Errores generados por la diferencia entre la duración real del año (365.2421991 días) y la supuesta de 365.25 días. Error de 0.0078009 días/año. (0.0078009 días x 1622 años = 13 días). En el año de 525 d.C., el mundo occidental se encontraba bajo las invasiones de los bárbaros. Los Ostrogodos dominaban Italia. Y en un breve periodo de reacción, el general Belisario, a las órdenes del Emperador Justiniano de Oriente, libera al Mundo Cristiano del pillaje de los Vándalos. Es en ese tiempo, que el monje Dionisio "el exiguo", calcula la fecha de la Navidad, y propone al Papa, que el inicio del año sea el 21 de marzo. Para igualarlo con el equinoccio de primavera. Además, se establece que, en adelante, las fechas lleven las siglas A. D., de "ANNO DOMINI" y cuyo significado es: "Año del Señor". Esto último ha creado confusión en los países de habla no latina, en donde se le ha dado el significado de "After Death" a esas siglas. Suponiendo que el inicio de la era cristiana corresponde a la fecha de la muerte de Cristo, con lo cual quedarían 33 años de diferencia con el calendario cristiano. La historia de la iglesia católica ha estado marcada por incontables crisis. La persecución durante el imperio Romano, las herejías arrianas, las invasiones de los bárbaros, las batallas por la investidura, el cisma de oriente, el gran cisma y muchas otras. Sin embargo, posiblemente la más grave, se presenta durante el siglo XVI con la reforma luterana. De la noche a la mañana, los cimientos mismos de la cultura, la sociedad y la religión, se tambalean. La deserción en todos los campos es rampante, y la decadencia espiritual de la jerarquía no presentaba defensa alguna contra las revueltas reformistas. En ese tiempo, se da en el interior de la iglesia, una urgencia de renovación espiritual y moral. Un intento de conciliación con las verdades absolutas. Aparecen figuras de la talla de Ignacio de Loyola y de Gregorio XIII. El Papa Gregorio XIII, no fue un asceta, sino un organizador y un hombre de férrea disciplina. Recordado principalmente por su aceptación de las matanzas de protestantes en París, el día de San Bartolomé. Es también conocido por hacer cumplir los Decretos del concilio de Trento. Y desde luego, por la reforma al calendario Juliano. En 1582, este Papa ordena que el día siguiente a octubre 4, sea octubre 15. También que se eliminaran los años bisiestos que correspondían al inicio de siglo, excepto aquellos años divisibles por 400. (Corrección de 0.0075 días/año, quedando un error de 0.00030009 días/año, o sea 43.2 minutos por siglo.). Esta reforma del calendario, aún en vigor, garantiza una discrepancia mínima entre el año civil y el real. Como el proceso de medir el tiempo, recayó en la Iglesia Católica. El Reino unido y las colonias norteamericanas no aceptaron la reforma Gregoriana, y usaron el calendario Juliano hasta el año de 1752. Rusia y Rumania aceptaron el nuevo calendario hasta 1918, y las zonas ortodoxas griegas siguen aferradas al calendario antiguo. En lo referente a las semanas, en el mundo católico, estas se conservaron de 7 días, de acuerdo al calendario Judaico, tal y como se define en el Génesis sobre los 7 días que Dios tomó para la creación del mundo. Esta semana remplazó a la de 8 días que regía en el imperio Romano. El nombre del sábado proviene del vocablo babilónico "Sabattu". Y que fue importado por los israelitas después de la expulsión de Babilonia. Entre las cosas que la jerarquía cristiana asimiló del mundo pagano, están los nombres de los días de la semana. Los cuales se refieren a: La luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus. El sábado recibe su nombre del Sabattu, y el domingo es el día del Señor (Domini). En los países de habla inglesa, el sábado se refiere a Saturno y el domingo al sol. (Saturday, Sunday). El miércoles, jueves, y viernes (Wednesday, Thursday y Friday) reciben sus nombres de los dioses noruegos "Odin, Thor y Freya", que fueron importados a Inglaterra en el siglo LX, por los Vikingos. Intentos fallidos de simplificar o alterar el calendario no han faltado. Sin embargo, la costumbre y la tradición son obstáculos insalvables para implementar un cambio. En 1792 la Convención Nacional de la Revolución Francesa, nombró un comité para la reforma del calendario, compuesta por varios matemáticos, un educador, un poeta, y el gran astrónomo, Laplace. Se produjo un nuevo sistema de 10 días por semana, llamado la décade. Tres décades por mes. El día contaba con 10 horas, con 100 minutos cada una, y 100 segundos por minuto. Para ajustar con el año solar, se agregaron 5 o 6 días, según el caso. Los nombres de los días eran: "El trabajo, la virtud, el ingenio, la opinión, la recompensa, etc.". Este calendario estuvo en vigor 13 años. Hasta que Napoleón Bonaparte lo abolió. En 1929, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, remplazó el calendario cristiano por el Revolucionario, con semanas de 5 días. Y meses de 6 semanas. En 1940 volvieron a aceptar el calendario Gregoriano.

 

            Actualmente se vislumbran pocas posibilidades de cambio, excepto por los ajustes de algunos segundos por siglo que se hacen para compensar la pérdida de velocidad de la rotación de la tierra, que hace que el día se alargue. Y como los segundos son ahora la unidad básica de medida y son inalterables, pues están vinculados a la vibración de los átomos, hay que corregir los relojes de vez en cuando. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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