Vivimos en un mundo interconectado, un mundo donde existe un vínculo cada vez más cercano entre la seguridad cibernética y la seguridad nacional. Este fenómeno se ha ido en alza ante el acercamiento de las naciones y los actores internacionales hacia el ciberespacio. Sin embargo, esta inclinación hacia un mundo cada vez más tecnológico viene acompañada de diferentes retos y debates a resolver. Este es el caso de Estados Unidos, una nación que es conocida por su alto alcance político, económico y militar, pero que ahora le toca demostrar su capacidad en ciberseguridad para poder mantenerse dentro de las naciones supremas.
Esta preocupación por parte de Estados Unidos de considerarse un Estado débil se ha intensificado ante los roces políticos entre sus adversarios, China y Rusia. Siendo estos dos adversarios líderes tecnológicamente hablando han logrado crear un temor por parte del país estadounidense, asimismo, junto con las perspectivas de ciberseguridad del gobierno de Estados Unidos y de China inclinándose hacia una polémica sobre la rivalidad y la posible transición hegemónica. Por lo tanto, las temáticas de ciberseguridad y protección de datos han estado en auge, donde los países tienen el deber de demostrar que tienen el dominio sobre su propia información.
Si bien la seguridad cibernética está cada vez más en la agenda de los formuladores de políticas ante los diferentes ataques cibernéticos a los cuales se encuentran cada vez más vulnerables las naciones, sin embargo, existen naciones que no le han dado gran prevención. Hasta Abril de este año, el presidente Biden, acompañado por el Departamento de Estado, tomaron la iniciativa de crear un oficina especial para Ciberespacio y Política Digital, donde ahora existirá una agencia por parte del gobierno encargada de progresar asuntos de seguridad interna del país, siguiendo la agenda de modernización que otras naciones ya están llevando a cabo. Sin embargo, a partir de diferentes ataques que han ocurrido desde los 90s, ¿no es muy tarde para que una potencia como Estados Unidos apenas comience a preocuparse por el ciberespacio y todo lo relacionado a él? Sin embargo, aún existe un gran rango de opiniones sobre cuál es el camino más firme para llevar a cabo su política, creando un debate dentro de la comunidad internacional.
Por lo tanto, a pesar de comenzar a prestarle atención a todo lo intangible que ocurre en el ciberespacio, la política y los mecanismos de Estados Unidos se visualizan debilitados sobre todo ante la intervención rusa en Ucrania y el apoyo mediático que ha manifestado la nación estadounidense hacia Ucrania, creando una ruptura más grande entre la relación bilateral de Estados Unidos y Rusia. Este debilitamiento cibernético que he mostrado Estados Unidos se evidencio notablemente ante el llamado del gobierno estadounidense al sector privado para actuar ante la posible “exploración de opciones” para efectuar ciberataques por parte de Rusia, en donde Joe Biden pide a actores privados reforzar defensas naciones. Realmente nos encontramos en presencia del pánico del gobierno estadounidense respecto al hacker del gobierno ruso.
Ahora, lo que no se pone en cuestión es que es un nuevo espacio cibernético se ha abierto, y ha permitido que la sociedad, empresarios, diplomáticos u otros actores se encuentren cada vez más interconectado, sin embargo esta interconección viene acompañada de retos, posibles fracasos o triunfos, donde realmente ningún actor se encuentra exento de los diferentes ataques cibernéticos y aún no existe una certeza de que nuestros datos se encuentren en plena seguridad, siendo esto la obligación de los gobiernos para generar políticas, mecanismos y apoyo a la investigación. Por último, toda esta inclinación a un incremento en la ciberseguridad y ciberataques ha mostrado nuevos escenarios principalmente para la política exterior, como podría ser guerra cibernética, guerras que podrían ser menos sanguinarias y perjudicar directamente a los gobiernos. Realmente a pesar es el comienzo de los grandes desafíos de la globalización, y sin duda las naciones que logren salir ilesas de esta nueva forma de hacer política demostraran su superioridad e influencia internacional, Estados Unidos aún se encuentra débil en materia de ciberseguridad, pero eso no quiere decir que China y Rusia pueden cantar victoria aún.