23 de Noviembre de 2024
 

Selección Mexicana: Un fracaso estructural / Por Jorge Luis Borboa

 

 

El fútbol para México es el deporte predilecto, que desde hace varias décadas ha estado presente en la idiosincrasia del país, por lo que siempre se tuvo el sueño de ser campeones mundiales, sin embargo, el tiempo y los hechos han demostrado lo contrario, siendo que este mundial ha sido el peor desde hace décadas pues la selección mexicana no llegó a octavos de final lo que indica el mayor fracaso de esta selección.

El mundial de Qatar ha sido uno de los más sorpresivos ya que países que no se pensaba llegarían hasta los octavos de final lo lograron como el caso de Japón, Corea del Sur, Marruecos, etc. Aunque siguen estando los favoritos como Francia, Argentina, Brasil y Portugal por lo que ya te tienen las apuestas por quienes podrían llegar a la final.

México venía arrastrando un mal precedente con sus últimos juegos por lo que llegar a calificar al mundial fue casi como un milagro, por lo que ya se veía una inestabilidad en el equipo de la selección, además de que el DT Gerardo Martino no dio los mejores resultados, siendo esto ya un antecedente de que algo andaba mal.

Este mundial se convirtió en la prueba de que el fútbol mexicano de hoy ya no es lo que un día fue, puesto que antes había jugadores prospectos que dejaban todo en la cancha, cosa que se fue demeritando con el paso del tiempo y ahora ya no es el talento el atributo principal sino los intereses de la Liga Mexicana, lo que ha afectado sustancialmente al equipo de la selección, pues es bien sabido que esta élite ha llegado a impedir el trabajo de técnicos como Mejía Barón, Menotti, entre otros.

Ahora, tenemos una selección muy débil en cuanto a jugadores, pues no necesariamente son malos, pero el cambio generacional no se ha dado en los mejores términos, y la realidad es que para una selección que va al mundial se deben tener los mejores elementos en todos lo sentidos por lo que en esta ocasión no existió coherencia con lo anteriormente dicho.

Hay que decir algo importante y es que esta selección tuvo muchos percances pues se derivó a empates o partidos perdidos, salvo el último que ya no sirvió de nada, dejando desmotivada a toda una afición que tenía fe en la selección, aunque la realidad es que no se puede tener fe en un equipo que tiene problemas internos que no quiere reparar o que simplemente por cuestiones monetarias, impiden que se hagan cambios a favor del futbol mexicano y no en el bolsillo de la liga como se pudo comprobar en este mundial.

Es necesario recalcar que después del México 1970 y 1986, ya no se volvió a ver una participación decente, siendo la última en 1998, por lo que es crucial hacer un análisis sobre lo que se ha hecho mal, siendo el mejor momento para hacerlo pues en 2026 se tiene otro mundial que será en casa por lo que no es conveniente tener una selección que cause impacto negativo y más siendo anfitriona.

Algo que recalcar es que la inestabilidad de director técnico se dio a raíz de la salida de Miguel Herrera, cosa que ya no le dio continuidad con un nuevo director que pudiera aportar una nueva perspectiva de juego que evidentemente otros países ya tienen.

Algo curioso e impresionante es que países que nunca figuraban en los mundiales han dado un mejor juego que el propio México, por ejemplo países africanos, que no eran considerados para los principales, le han dado una lección a la selección mexicana, sobre la mejora continua en su calidad de juego mientras que los nacionales se han quedado estancados, lo que indica obsolescencia, cosa que no fácil se va.

Para concluir, este mundial ha sido determinante para conocer el destino de nuestra selección, cuando se supone que el deporte interviene la excelencia, la mejora, la autocrítica y la motivación, cosas que no se vieron casi nunca en Qatar pero que deben verse en Norteamérica 2026, algo que es necesario.

Es momento de reflexionar, pues el fútbol es el deporte que todavía es predilecto para los mexicanos, pero no por mucho tiempo, pues con los errores cometidos, los aficionados pueden ir dejando su gusto por ver una selección nacional dar todo por la camiseta que representa a un país, a una población, a una identidad, o ¿Qué opinas?



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