Hace unos días falleció el gobernador de Puebla Miguel Barbosa Huerta, un militante ferviente del Lopezobradorismo desde tiempos inmemorables, además de ser uno de los allegados más férreos de la 4T.
Esto termina por consolidar la inestabilidad política del estado poblano que viene desde el año 2016 pues con motivo de homologar procesos electorales, hubo una gobernatura efímera con José Antonio Gali Fayad hasta 2018, cuando se supone habría ya una gobernatura sexenal normal con la ganadora de la elección, Martha Érika Alonso Hidalgo, esposa del fallecido Rafael Moreno Valle, exgobernador del periodo 2011-2017, pero tan solo 10 días después de que Alonso tomara el cargo, moriría en un fatídico accidente aéreo donde iba con su esposo.
Esto sería un shock para la política poblana pues Moreno Valle incluso se le veía como prospecto presidencial en 2024, pero después de la muerte de la pareja, estaría encargado del despacho Jesús Rodríguez Almeida, para que tomara la gobernatura interina en lo que convocaban elecciones Guillermo Pacheco Pulido, para que en una elección extraordinaria y llena de polémica, ganara la contienda Barbosa, después de perder y calumniar la elección de 2018.
A partir de Agosto de 2019 Barbosa desempeñó su cargo como gobernador ya con antecedentes muy preocupantes sobre su salud, pero aún así se convirtió en el mandatario estatal de Puebla, que si bien las cosas en el estado de alguna manera empeoraron a como estaban en 2018, se daba por entendido que mínimo existía continuidad en cuanto una política estable con un mandatario que pudiera concluir en 2024.
Las cosas dieron el giro inesperado para que el 13 de diciembre de este año, falleciera Miguel Barbosa. Después del fallecimiento del gobernador, Ana Lucía Hill se quedaría encargada en lo que elegían gobernador sustituto lo cual se desarrolló demasiado rápido pues Sergio Salomón Céspedes es ahora el nuevo gobernador que se supone, concluirá el periodo gubernamental para el 13 de diciembre de 2024, además de asegurar una elección limpia para que el sucesor sea de una vez el mandatario que pueda tener un buen sexenio de 2024 al 2030.
Céspedes se desempeñaba hasta hace unos días como líder de MORENA en el congreso local de Puebla, pero la rápida designación del gobernador interino causó polémica por muchos políticos de MORENA y coalición como Fernández Noroña o el propio presidente de la república. También hubo inconformidad de la coordinación nacional panista por permitir sin oponerse a esa designación, cosa que la clasifican como opaca.
La designación también implicó solamente una cuestión de intereses políticos por lo que es preocupante, pues el destino de los poblanos ha pasado a punto muerto pues todo está a la deriva, sin rumbo, prácticamente se le clasifica a este sexenio para el estado de Puebla como perdido, pues sin un representante fijo, sin un plan de gobierno eficiente y una meta estructurada, todo tiende a irse a pique en tiempos venideros y lo único ue tal vez pudiera arreglar las cosas sería el tiempo, y un nuevo gobernador que esté los 6 años que le corresponden lo que sería posible en 2024, si es que los poblanos eligen a alguien que sí cumpla con los requisitos.
Si comparamos la situación política inestable de Puebla con Veracruz, podemos decir que, para los veracruzanos, ese periodo fue más corto y más efímero pues en 2016 con la renuncia de Duarte, la transición de Ríos Alvarado y la gobernatura efímera de Yunes, solo sería un periodo de más de 2 años para que las cosas ya tuvieran un rumbo que vendría en 2018, hablando de una dirección de solo un representante, pues las cosas en Veracruz implicarían otro análisis.
Concluyendo, los poblanos no han tenido suerte los últimos años, pues desde el 2016 las cosas se empezaron a estancar, primero por cuestión legal, pero en 2018 por eventos inesperados y desafortunados, lo que desencadenó un torbellino sobre la política poblana.
Es momento de reflexionar, pues esto que está pasando en Puebla, ha sido por eventos que no están en control, pero eso no debería desestabilizar las cosas cuando había ya un proyecto definido, pero el propósito es que cuando no existe un plan, podrán pasar varios mandatarios, pero si no hay nada que hacer, simplemente son presencias que no hacen absolutamente nada y no están preparados para imprevistos como estos, o ¿Qué opinas?