Garcimarrero y Carla; Karla y Héctor
Salvador Muñoz
Si el cuate, nuestro cuate, Magno Garcimarrero Ochoa, contiende por el PT y PRD por el Distrito de Xalapa Urbano, podría decirse que con ello, la posibilidad de que compita Carla Vega Yunes por la izquierda se diluye…
Hace muchos años, no recuerdo si buscaba una curul en la Cámara Baja o en la Cámara Alta (puestos que ya ha ocupado debido a su vasta experiencia infantil, porque de seguro en la recámara con su hermano, mi tocayo Benjamín, dormían en litera), tuvo la puntada de visitar los teibols para ganarse el voto de los parroquianos. En esa ocasión, Polo Rodríguez, en Política, tituló la crónica así: Bello de noche.
Ha sido secretario del Ayuntamiento y creo que estuvo en el área de Turismo municipal. Allí, cuenta la leyenda urbana, también colaboraba mi otro gran amigo Fito Soler.
Dicen que Fito Soler se acercó a presentarse al nuevo jefe y una vez dispuesto el protocolo usual en estos casos, en el marco de la puerta, Fito Soler se volteó y le dijo: “Nos permitirá salir a las dos” y el cuate Magno que responde: “¿Cuáles dos si nomás te veo a ti?”
La serie de anécdotas, cuentos, leyendas y rumores en torno a uno de los más grandes maestros que puede tener Xalapa, en cualquier ámbito (político, artístico, académico, alburero, bohemio, etcétera), fácilmente llenaría cuartillas y cuartillas… yo me quedo con un dejo de sabiduría que me dejó cuando viéndome cansado, ojeroso y sin ilusiones, preguntó qué me pasaba.
—Tengo insomnio…
—El remedio es muy fácil —me respondió— No hay insomnio que aguante tres chaquetas…
¡Y empecé a dormir bien!
Xalapa merece a un diputado como Garcimarrero Ochoa. Créanme que si el cuate Magno va como candidato, ya cuenta con mi voto.
II
¿Y Carla Vega Yunes? Hay quienes dicen la postulan para ir como suplente de Elizabeth Morales García.
¿Le conviene a Carla?
Creo que le conviene más a Elizabeth.
Carla es una chica que sabe desenvolverse bien en el ámbito legislativo, conoce el teje y maneje de San Lázaro y sencillamente no iría a aprender nada en el Congreso.
Por eso, ir como suplente, sencillamente no le convendría.
Pero al final, es mi punto de vista, no trascendería o al menos que tuviera la suerte de una Silvia Domínguez o Noemí Guzmán, quienes las circunstancias hicieron que la suplencia fuera una bendición para ellas.
III
Un grupo de maestros de la escuela primaria Francisco Sarabia, hacía varios intentos inútiles para entrar al recinto a donde iba a llegar el presidente Enrique Peña Nieto en San Andrés Tuxtla, el pasado lunes. Cuando vieron al Senador Héctor Yunes Landa, le pidieron ayuda. Querían entrar porque les habían prometido un reconocimiento para una de sus estudiantes, Karla Sofía Hernández Fentanes, del sexto año, con promedio de 9.6.
Yunes Landa consiguió tres accesos: uno para la niña y dos para maestros; entonces, ingresó por un largo pasillo. A los pocos metros, le dieron más y se regresó personalmente para ofrecerlos a otros profesores. Volvió a su trajinar cuando una mujer, jalando a la niña, se le acercó: “Don Héctor, don Héctor… ¡gracias!” El senador respondió que no era nada por los pases. La señora le corrigió la plana: “Hace cinco años, usted vino a los Tuxtlas y le pedimos ayuda… mi hija sufrió varias quemaduras en su cara y cuerpo y no teníamos para la malla… usted prometió conseguirla donde fuera y nos la mandó… ¡y mire!” agarra la cara de la niña y la muestra. Sí, una ligera, casi imperceptible manchita en su faz. Yunes Landa le sonríe a la niña y se despide, mientras su madre no deja de dar gracias.
Al final, no le dieron el reconocimiento prometido a Karla Sofía, pero se iba contenta. Después de largos cinco años, conoció a la persona que le cambió la vida con una malla.
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