26 de Noviembre de 2024
 

Las piedras del camino

Cada piedra, cada maleta, cada pesar, cada recuerdo triste o malsano que cargamos, es tal vez una persona del pasado que nos lastimó o a quien herimos profundamente; una mala acción a nuestros hermanos semejantes, un suceso desagradable que causamos o nos causaron. Algo que decidimos que nos dolió, algo que crea enojo, ira, celos, rencor, angustia, dolor.

            Y basados en eso atesoramos esas pesadas piedras en nuestra mente como parte de nuestra historia, sin entender que esas piedras se pueden quedar ahí, precisamente ahí donde sucedieron en el pasado, y que solo es el ego el que desea cargarlas para así recordar lo que nos “hicimos” o nos “hicieron”, y tener falsas razones para manejarnos como víctimas o victimarios; Sin embargo, estas piedras cada vez se tornan más pesadas, más grandes y nos quitan más movilidad, más conciencia de luz, más libertad de crecer. ¡Suéltelas! Déjelas en donde pertenecen a la mente vana que crea historias, viva aquí y ahora y llene todos esos espacios con sucesos de amor que le hacen una mejor persona, más libre, más amorosa, más abierta y más receptiva a las cosas sanas y bellas de la vida. Mientras estén con usted, tardará mucho para avanzar hacia una vida plena, llena de amor, de fortaleza y de paz. ¿Están pesadas?, sí. Y no le dejan espacio para lo verdaderamente importante en la vida. Paz y amor. Dese cuenta, todo se reduce a paz y amor, que es lo que procuramos alcanzar todos en esta apresurada y cada vez más dura, tormentosa y pesada vida. Recuerde, si no suelta ese montón de piedras que trae cargando consigo, cómo pretende tomar lo que está deseando, lo que está buscando. Si fuéramos una sociedad sana, seriamos una humanidad sana. El camino es largo, arduo y difícil, lleno de zancadillas y sinsabores, algunos bellos momentos pero la tendencia no es halagadora. Mi mamá me contaba cuando niño que el camino al cielo estaba colmado de piedras y espinas, cubierto de un manto caliginoso y oscuro. Mientras que la senda del infierno era plagado de bellas flores y hermosos jardines de cielo claro y luminoso. – ¿Tú, cuál seguirías? –Me preguntaba. –Yo, el del infierno. –Le contestaba. Déle la vuelta, en todo lo que pueda, a esos malos momentos que sin saber de dónde le salieron, están de repente ahí para fastidiarle. Cree un espacio en su mente para estar más receptivo al amor, a las cosas bellas y dulces de la vida. Déjese de buscar problemas y buscarles problemas a los demás. Trabaje, produzca, crezca pero no joda. Busque, sume, gane amigos de verdad que en verdad valen más que el dinero.

            Paulo Coelho, escritor, novelista y dramaturgo brasileño; sin duda uno de los más leídos del mundo contemporáneo, dice que “hay dos cosas que nos impiden la felicidad: vivir en el pasado y juzgar a los demás”. Viva el aquí y ahora, deje el pasado atrás, a donde pertenece y procure planear un mejor futuro pero con el presente de por medio, haciendo ahora con dignidad las cosas buenas que sabe le beneficiarán a usted, a los suyos y a sus semejantes; evitando meterse en problemas y meter en ellos a los demás. La vida no es justa para nadie, pero si procuramos día con día vivirla en paz, luchando por trabajar y sopesando el sendero por avanzar, estaremos en mejores condiciones para vivirla con decoro, decencia y mesura, y sobre todo, en paz que es lo que todos en nuestro interior más anhelamos en nuestra vida. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. ¡Qué tenga un buen día!

 

Luis Humberto.



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