La palabra resentimiento proviene del latín “resentire”, palabra que a su vez es producto de tres vocablos latinos. El prefijo “re”, que es sinónimo de repetición; el verbo “sentire”, equivalente a sentir, y el sufijo “miento”, que se traduce como medio. Así, resentimiento es la acción y efecto de resentirse; es decir, ser sujeto constante de enojo o pesar por algo. Sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos y que se manifiesta en palabras o actos hostiles.
Max Scheler, un filósofo alemán de principios del siglo pasado, personaje clásico dentro de la filosofía de la religión en su tiempo y uno de los primeros en señalar el peligro que implicaba para Alemania el advenimiento del nazismo; definió el resentimiento como una autointoxicación psíquica que surge por reprimir sistemáticamente las descargas emocionales y efectos que son normales, ante nuestra propia miseria o ante una humillación. No es un impulso de venganza natural e inmediata, sino que, incluyendo también la conciencia de la propia impotencia, lleva a refrenar ese impulso espontáneo, se va acumulando y retrasa el contraataque. En estos casos, la crítica pretende resolver sólo el propio desahogo, es negativa y provoca la envidia. El resentimiento puede reflejarse en diversos sentimientos y actitudes como la hostilidad, la ira, el enfurecimiento o la incapacidad para perdonar. Es entonces, la continuación de un sentimiento negativo. Una persona que se enoja con otra por diversos motivos, justificados o no, experimentando odio o ira durante algún tiempo; si dicho odio no cede, se habla de resentimiento y la única forma que éste se vaya es a través del perdón o de la aceptación de las situaciones correctas, más no con una actitud de indefensión aprendida. El resentimiento social se observa en diversas y variadas razones injustas en su mayoría, más no justifica esto una actitud hostil antes de dialogar, proponer y aceptar acciones que den solución a conflictos entre las partes involucradas. Se manifiesta en las personas cuando asumen una actitud de frustración, odio, impotencia, rencor y rechazo hacia lo que provoca una situación dada; puede ser en la mayoría de los casos, por poderes establecidos públicos, sociales y familiares; esa sensación de sentimientos encontrados en el individuo (todos negativos) también puede ser colectiva. La provocan el abuso y el desmedido ejercicio de poder por los grupos participantes. Este malestar se manifiesta ocasionalmente en rebelión, lucha, cuando los grupos se organizan para superar sus demandas.
De cualquier forma que sea, es mejor siempre hablar, solicitar, exponer las ideas y darles continuidad. Desafortunadamente nada que haya sucedido ya, puede dársele marcha atrás, pero si, procurar evitarse o que se vuelva a repetir. Reconocer nuestros errores, evitando culpar a nadie de todos nuestros pesares, superándonos en todos los aspectos, adoptando una actitud de superación y dependiendo del desarrollo de la conciencia, de su autoestima y de cuánto busque que la vida le sea favorable, podrá superarse. Todo está en nuestra mente, si un individuo entiende que su pobreza es debido a que los ricos no permiten movilidad social a su ascenso, ni que tenga una vida más digna, en vez de superarse, se resiste a hacerlo. Las personas resentidas se identifican por su falta de estímulo, de metas propias en la vida, tienen una actitud de negar, de estigmatizar, condenar, y rechazar todo lo relacionado con su estatus actual. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto