Una prostitución no convencional, directamente ligada al consumismo envuelve a las adolescentes en un círculo más que vicioso y dependiente. Para ellas, su cuerpo es un trofeo y lo venden a cualquier hombre deshonesto y sin escrúpulos para obtener lo que quieren. Son hijas subvencionadas, hijas acostumbradas a que todo tenga un precio; los estudios, el esfuerzo, son aspectos de su vida relegados a segundo plano.
Son adolescentes abrumadas por lazos familiares rotos o pervertidos, de padres ausentes, por lo que están afectivamente muy solas, sin educación sentimental que les permita valorar su cuerpo, sus emociones. Sienten descrédito por el amor porque sus padres son ejemplo del mal amor. Así, venden su cuerpo, su intimidad, desconectadas de todo placer y amor y en la búsqueda de satisfacer su necesidad de consumo, de aturdirse y así llenar el vacío de su vida de adolescentes sin amor. Usted, como padre responsable, debe cuidar su hogar, su intimidad familiar, atender más las necesidades afectivas de sus hijos, darles mayor presencia, tiempo adicional con ellos, más compañía y no más reglas que aplicar, más castigos que implementar, más autoridad que imponer. Si tiene hijas, cuídelas, protéjalas, oriéntelas, deles mucho amor, compañía, consejo y no negaciones exageradas de permisos para salir. No delegue en su pareja todo lo que a usted le corresponde. Deles confianza, basada en el amor que les prodigue conjuntamente con su compañera, madre amorosa. Los adolescentes a menudo penden de un hilo exageradamente delgado en la vida; allá afuera en la calle y en la misma escuela, hay tantas y tantas tentaciones citadinas que envuelven a sus hijas dejándolas expuestas a intenciones mezquinas. La imitación social es un fenómeno recurrente que incita a los adolescentes a experimentar nuevas modas, nuevas tendencias, prácticas sociales distintas no convencionales, relaciones desconocidas de espuria amistad, que ustedes padres mismos deben estar más informados incluso que ellos, pues representan grandes peligros que lamentar a largo plazo. La prostitución viene adoptando últimamente nuevas modalidades que no necesariamente implican la transacción de un cuerpo a cambio de dinero. Es una amplia gama de aparentes placeres los que los jóvenes han descubierto o se les impuesto e incitan a otros a practicar y fomentar, arrastrando con ello su dignidad de por medio al descrédito familiar y social. A los jóvenes además de orientárseles deben educarse desde muy niños sobre valores basados en la moralidad. La honestidad, la honradez, el respeto, la prudencia, la perseverancia, el tesón, el esfuerzo, el pudor, el decoro y la decencia. A valorarse a sí mismos, a valorar a los demás y a todas las cosas de que disfrutan gracias a ustedes.
La adolescencia es un periodo hormonal de la vida que sigue a la niñez y precede a la juventud, en que la falta de madurez se encuentra presente en su máxima expresión y se suscita en los jóvenes a muy temprana edad como para tomar decisiones por sí solos, muchas en deterioro de su dignidad e integridad. Freud veía la adolescencia como una expresión de un conflicto psicosexual tormentoso. El cerebro tarda mucho más en desarrollarse y sufre una gigantesca reorganización, similar a una computadora cuando se actualizan sus redes y cableado. Sus constantes estupideces se debe a que sus cerebros no están totalmente terminados, y por tanto deben ser vigilados y dirigidos muy de cerca con mucho afecto y amor. No los deje sin amor. Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.