El verdadero fondo
Rubén Pabello Rojas
Continúan su curso los procesos políticos con vistas a las elecciones locales del próximo mes de junio, para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo. La semana anterior concluyó con dos actos en que los principales institutos partidistas enseñaron sus fuerzas y estrategias iniciales a la población veracruzana.
PAN-PRD, en alianza y PRI, en este caso solo, a reserva de concretar su alianza con el PVEM, hicieron sus respectivos actos. Los primeros, en una demostración que convalida su coalición, escenificaron en la Plaza Lerdo de la capital del Estado una gran concentración de militantes, acarreados o no, muy numerosa y activa. Mensaje fundamental de gran peso y que da para muchas interpretaciones fue la presencia de sus dos líderes nacionales, Agustín Basabe y Ricardo Anaya. Sea como sea o ‘haiga sido como haiga sido’, no deja de representar un aviso en tono mayor a electores y demás partidos.
Por otro lado, el PRI en medio de jaloneos internos que no se despejan totalmente, solitario, sin su líder nacional y sin el primer priísta del Estado, cambió su dirigencia estatal en medio de incertidumbre y críticas por no ser muy clara la forma, ya que se cuestiona su validez por infringir el artículo de sus estatutos que prohíbe la reelección de sus presidentes de comité. Salvado el escollo sin convencer, el partido juega con consecuencias que después pueden costarle.
Asume la presidencia de ese partido, Amadeo Flores Espinosa, cercano a los 70 años, actor de mil batallas, de trayectoria política consistente y de perfil medio; Luis Velázquez lo ha llamado “el indio ladino”. Algunos, no pocos militantes de ese partido, piensan que pudo haber sido mejor la selección, sobre todo cuando las condiciones políticas del Estado son difíciles y el PRI no termina de superar efectos de riñas internas que, frescas aún, no llevan a una lid óptima sino a un resultado incierto.
El postulante del PRI, Héctor Yunes Landa, personaje de la política veracruzana sin mancha, es un buen candidato, ha incursionado en diversos foros y responsabilidades administrativas, legislativas, académicas, sociales, siempre bien, siempre a la altura, un aspirante sin ninguna sombra que lo señale, por el contrario un buen candidato.
Por otro lado esta su primo hermano, Miguel Yunes Linares, por PAN-PRD, actor de mil batallas, con innegable experiencia y dueño de una personalidad indiscutible. Recio, batallador, belicoso, señalado de duro y a veces impulsivo, con muchas ganas de cobrar viejas afrentas, a lo mejor no a quien se las hizo, sino a quien se las pague. Con un discurso prometedor de cárcel a quien haya cometido delitos en el ejercicio del poder, a quien haya administrado mal los recursos del erario.
Difícil camino para llegar al ansiado mini gobierno de dos años y, obtenido el triunfo en urnas y convalidado en tribunales, las expectativas son verdaderamente para llorar. El futuro gobernador de Veracruz, llámese como se llame será el pagano, junto con todos los habitantes de este maltratado girón nacional, del increíble acumulamiento de una larga serie de pésimas administraciones en las que el gobierno, debe a todo el mundo sin exagerar.
Solamente hay que leer los periódicos o consultar los portales de internet y sobre todo revisar las redes sociales, donde enfermeras, maestros, vendedores de coches, constructores, pensionados, burócratas, escuelas en grave deterioro, hospitales sin personal completo y sin medicamentos, sin obra pública y otra sin terminar desde hace 6 años, como el libramiento a Cardel, donde hay puentes sin concluir que ni vienen de ningún lado y no van a ninguna parte.
El famoso túnel de Coatzacoalcos, paradigma del desaseo administrativo, será terminado con dinero de Carlos Slim, para vergüenza de ¿Quién? No, de nadie pues el ORFIS no encontró nada irregular, como siempre. Hay que acudir al análisis que de la situación hace un reconocido economista veracruzano, Hilario Barcelata, quien calcula y documenta el macro adeudo de la entidad en alrededor de 121 mil millones de pesos al término de 2016, partiendo de una cifra de 53 mil millones al inicio del presente periodo de gobierno en 2010.
Este es un pálido recuento de lo que en realidad padece Veracruz. Eso es lo que le espera a los aspirantes a gobernar a este inocente pero aguantador pueblo jarocho. El voto de castigo en contra del PRI, será una deleitante venganza pero no resolverá nada. Ese es el verdadero fondo de la situación.
Pobre Veracruz en otros momentos gloria nacional, hoy con 8 millones de habitantes, con todos los climas, desde la montaña más alta del país, Citlaltépetl, con casi 800 kilómetros de litoral, planicies, valles, sierras, ríos, lagunas, climas y todo para ser no solo un estado federal sino un verdadero país, sufre los indeseables resultados de una punible administración. ¿Y los diputados? Solo Ricardo Ahued ha expresado señalamientos concretos, sin embargo también se presentó en un lugar destacado en apoyo de Amadeo Flores como reciclado dirigente priísta. ¿Entonces?