El tipo de relaciones y convivencias sociales que frecuentemente tienen muchas estrellas de cine y televisión o personajes famosos, se les considera ambientes frívolos, donde nada importa en realidad el ser, sino el hacer y el tener. Los narcisistas son personas que tienen una inclinación casi patológica por lucir sus atributos corporales hacia ellos y hacia los demás, siendo su cuerpo su mejor carta de presentación en las reuniones de convivencia a las que asisten; de igual forma, sus relaciones personales serán con personas que tengan por lo menos los mínimos grados de belleza física, para los cuales el narcisista siempre será el más bello.
A personas con estas características se les denomina narcisistas en honor al mito del Narciso que alude la mitología griega. El narcisismo apunta a una serie de rasgos propios de la personalidad normal; sin embargo, puede también manifestarse como una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que la persona sobreestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación. Amor a la imagen de sí mismo. Amor que dirige el sujeto a sí mismo tomado como objeto Cuenta la ya citada mitología griega que Narciso era un hermoso joven, hijo del dios del río Cefiso y de la ninfa Liriope. A causa de su gran belleza, tanto doncellas como muchachos se enamoraban de él, pero éste siempre rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y ésta la había condenado a repetir las últimas palabras de lo que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor pero un día, cuando Narciso estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntaba “¿Hay alguien aquí?”, Eco contenta respondía: “Aquí, aquí". Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le grito “¡Ven!". Después de responder: "Ven, ven", Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar el amor de Eco; ella estaba tan apenada que se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que nada quedó de ella salvo su voz. Para castigar a Narciso, Némesis, la diosa de la venganza, hizo que se apasionara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
En otro orden de ideas, notamos que aquí existen dos asuntos importantes: primero, la belleza física es pasajera, ¿Y qué hará el narcisista cuando ya no sea bello? Y el otro asunto es precisamente saber cuál es el contenido específico de lo bello, quién es hermoso en realidad. ¿Cuál es el parámetro de lo bello? ¿Lo dictan los valores o la estética? Una persona con inclinación narcisista en realidad no sabe convivir socialmente, ni lo que realmente significa eso, porque se puede estar en una reunión, pero no convivir, ni relacionarse. El principal objeto de atención de una persona narcisista es él mismo y nadie más. Se preocupará más por su propia persona que realmente por conocer, interesarse, amar y relacionarse con los demás. Esta cualidad personal va muy de la mano con el egoísmo y la banalidad como estilo de vida. A menudo son personas vacías, triviales, egocentristas, con un falso o equivocado concepto de la belleza física, ya que esta debe de radicar en las virtudes y valores que posea una persona, que permitan amarla, respetarla, admirarla y valorarla, porque infunden en nosotros un deleite espiritual. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.