25 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Filosofía Popular

 

Cierto día me puse a pensar en lo verdaderamente difícil que está la situación económica actual, dada la crisis económica por la que ya es común que estemos atravesando siempre, y que ha generado graves pérdidas en las principales bolsas de valores del mundo, e innumerables quiebras en diversos sectores industriales. Las ventas de prácticamente todos los negocios se han visto disminuidas considerablemente, que hasta el vilipendiado sector de vendedores ambulantes y puestos semifijos se queja por sus nulas ventas.

            El horno no está para bollos, como dicen en la televisión, lo que me hace reflexionar en qué tan bien estamos haciendo las cosas. Cuando la situación económica no se agudiza y se vende bien, no mucho pero bien, derrochamos entonces haciendo compras y gastos innecesarios “sin guardar pan para mayo”. La cultura del ahorro no está incluida en nuestro itinerario habitual, cuando es una práctica útil que muchos deberíamos adoptar y fomentar. “Cuánto tienes, cuánto vales” y, “con dinero baila el perro y si no, baila uno como perro”; la filosofía popular está impregnada de conocimientos prácticos y de útil sabiduría que pocos hacemos uso de ella, y cuando lo hacemos es con menor frecuencia. Hace unos días me comentaba un buen amigo que tiene un pequeño negocio como el mío, quejándose de su situación económica personal, que sus ventas están por los suelos, “ya no saco ni para la papa”. –me dijo. Su giro comercial constantemente se ve afectado porque los vendedores ambulantes que deambulan por las cercanías de su negocio, pululan ofertando sus mercancías a los clientes potenciales que podrían llegar a su establecimiento que está debida y legalmente constituido. “Ya no se puede”, y me dijo también preguntándose molesto, “¿regulará la Secretaría de Salubridad y Asistencia a esos vendedores como a nosotros?”. Son muchos”, me dijo y así dejamos las cosas. Es cierto que absolutamente todos tenemos derecho al trabajo y al sustento diario que dignamente nos proporciona, pero también es cierto que también existen regulaciones legales que todos deberíamos cumplir y no hacemos, originando con ello un desorden y un caos descomunal en las calles conforme la población crece desmesuradamente y la situación económica se agrava constantemente. El comercio en los grandes sectores importantes se ha vuelto más agresivo y severo, y pareciera que esos grandes consorcios tienen más hambre que el pequeño comercio. ¡No hay que ser!, es cierto que nadie está peleado con su propio dinero y buscamos las ofertas más atractivas en las grandes tiendas foráneas, pero hagamos un esfuerzo por activar el comercio local, comprándoles también a ellos. De lo contrario, les digo una cosa, cuando desaparezcan, los vamos extrañar. Quiera usted que no suceda así.

            Mientras existan las condiciones propicias para que la cada vez más intensa e inmensa cadena de la lucha por el poder y el dinero se siga propagando si no por medios electorales por medios ilícitos, las clases sociales más desprotegidas seguirán en ese arcaico estado de pobreza o peor tal vez. Es necesario desechar por tanto actitudes pesimistas y conformistas, adoptando nuevas filosofías de cambio que dirijan nuestras acciones a la obtención de verdaderos beneficios para nosotros y nuestra familia. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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