El cronista de la ciudad
Esta vez quiero relatarles un poco acerca de la reconocida, destacada y plausible trayectoria de mi querido Amigo Melquiades Castro Aguilar, Cronista Municipal de Martínez de la Torre desde hace ya más de 12 años. Un hombre verdaderamente comprometido, inmerso en el ámbito de la difusión histórica y cultural de nuestro municipio, como ningún otro cronista, que yo recuerde, lo haya sido; no menospreciando a sus antecesores, sino que los tiempos contemporáneos así lo exigen. El pueblo ha crecido a pasos agigantados desde que se desató el boom citrícola de la región y esto le ha permitido trabajar y destacar más en su labor, debido a su esmerada y tenaz dedicación.
Nació un 10 de diciembre de 1950, estudió la educación primaria, al igual que yo, en la Escuela Primaria Manuel Ávila Camacho que dirigía el legendario Profesor José Trinidad González Vera. Es Contador Privado, egresado de la Academia Comercial Rosendo Topete Ibáñez, la cual estuvo bajo la dirección del ilustre Profesor José Luis Mora Hernández. Laboró en el Ingenio Independencia desempeñando diferentes puestos desde 1970 hasta 1991, lo que le forma como un vasto conocedor de la situación económica, política y agraria de nuestro pueblo desde aquellos años, iniciándose además en el terreno literario desde muy joven, pues seguramente alguien le inculcó el gusto por las buenas lecturas. En el aspecto político desempeñó el cargo de regidor primero durante la administración del Arq. Miguel Ángel Cortez Zahar y alguna vez diputado local suplente formando la dupla con el Señor Antonio Concha Suárez. Ha sido columnista, corresponsal y reportero en diferentes e importantes periódicos y semanarios de la región. Posteriormente comienza a incursionar en la literatura y a mediados de 1998 presenta la Síntesis, “Historia de medio siglo del periodismo martinense”, recibiendo la presea Libertad de Expresión en el 2002, que le otorga la Organización de Comunicadores de los Estados. Después de lo anterior, arranca su amplia carrera literaria escribiendo y presentando los libros: “A las Márgenes del Río Bobos”, “Una Piedra para el Bautista”, “Martínez de la Torre, Perfiles e Imágenes”, “Efemérides Municipales”, “Crisol de la Educación, Los primeros Pasos”. Ha recibido importantes reconocimientos como resultado de su tarea, que motivan su arduo trabajo, como el que le otorgó la Universidad de la Cuenca del Papaloapan, en Tuxtepec, Oaxaca; el de los Cronistas del Estado de Veracruz, el de la Academia de Historia Regional de Texcoco, en el Estado de México, y muchos otros más que lo catapultan como un consagrado hombre de letras y siempre preocupado por la difusión cultural de nuestro pueblo. Es un investigador inquieto, incansable y autodidacta; siempre lo he dicho, a la manera del maestro Juan José Arreola.
Su dedicación y actitud perseverante y obstinada en la difusión cultural nos hace esperar de él nuevas sorpresas, nuevos libros. Lo encontrará siempre difundiendo sus investigaciones en las aulas de las escuelas, desde primaria hasta universidad, acercando a la población estudiantil y a quien se interese, información regional de relevante importancia. Por cierto, este sábado presenta su último libro publicado “Crisol de la Educación, Los primeros Pasos”, en el Tecnológico de Misantla. Sus inquietudes están concentradas en despertar el interés por la cultura y las artes, motivando a todo aficionado y a quien lleve gusto, en proponer obras dignas de ser publicadas. Hace falta en el pueblo más gente como él, verdad de Dios. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.