25 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Sabiduría Tolteca.

 

            “1.- No suponga, no de nada por supuesto. Si tiene dudas, aclárelas. Si tiene sospechas, pregunte. Suponer hace inventar historias increíbles que sólo envenenan su alma y que no tienen fundamento. 2.- Honre sus palabras. Lo que sale de su boca es lo que es usted. Si no honra sus palabras, no se estará honrando a usted mismo; y si no se honra a sí mismo, no se ama. Honrar sus palabras es ser coherente con lo que piensa y con lo que hace; sea auténtico y se hará respetable ante los demás y ante sí mismo. 3.- Haga siempre lo mejor. Si siempre hace las cosas lo mejor que pueda, nunca tendrá que recriminarse ni arrepentirse de nada. 4.- No tome nada de manera personal. Ni la peor ofensa, ni el peor desaire, ni la más grave herida, debe tomarlo personal Quien le ofende tiene un veneno que descarga contra usted, por no saber cómo deshacerse de él. En la medida en que alguien lo quiera lastimar, en esa medida ese alguien se lastima a sí mismo; pero el problema es de él y no suyo”.

 

            Según la tradición Tolteca, poniendo en práctica estos cuatro acuerdos su vida puede cambiar, siempre y cuando sea impecable en su cumplimiento. Recuerde que cuando miremos con ojos de niño, tal vez entenderemos cómo es este juego de vivir y evolucionar. Roque Schneider decía que “El amor es la mejor música en la partitura de la vida. Sin él serás un eterno desafinado en el inmenso coro de la humanidad”. Un proverbio chino dice. “Ámame cuando menos lo merezca, ya que es cuando más lo necesito”. Y es que el amor es precisamente uno de los ingredientes básicos que nos pueden alejar de los prejuicios, la hipocresía, la detracción, la maldad y de muchos otros defectos más que padecemos los seres humanos. Nuestro comportamiento es tan complejo que la mayoría de las veces la actitud que adoptamos depende del estado de ánimo en que nos encontramos. Cuesta tanto trabajo entender a la humanidad que a veces ni a nosotros mismos nos entendemos y esto también tiene una explicación. Nos mueven diversos y variados intereses individuales para actuar con cordura. Rechazamos y aceptamos sin considerar el factor humano, sino nuestra propia conveniencia. Sin embargo, en ocasiones hasta nos conmovemos con el sufrimiento ajeno, pero no hacemos, aunque podamos, otra cosa para contrarrestar o solventar ese sufrimiento. Esa es desafortunadamente nuestra condición “humana”.

 

            Los valores humanos que tanto defendemos y hasta pregonamos con los demás, es precisamente lo que más padecemos y detraemos. Una forma más de hipocresía, de no honrar nuestras palabras que deberían de ser de honor. Más convendría limpiar nuestro corazón de impurezas, antes de criticar, prejuzgar, sospechar y dudar de alguien, para poder ver más claro la limpieza y pureza del corazón de los demás. Adopte siempre una actitud emprendedora, plena de éxito y esfuerzos; no detracte ni pondere, valore cada esfuerzo de los demás y no pretenda abusar de nadie, practique el bien en beneficio propio y de sus semejantes. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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