25 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Comenzó la guerra sucia

 

            Comenzó la guerra sucia, los chapulines y camaleones están de vuelta, lo vemos a todas luces, para donde quiera que voltee, como ahora. No me diga que usted no los ve, si hasta los niños lo notan… Mamá, ¿qué ese señor que anda regalando despensas y dinero no era de los de tu partido y ahora anda con los otros? No nos hagamos pelotas, ya no hay líderes naturales encausados en perseguir el desarrollo y progreso de un pueblo como antes. Las camisetas y los colores bien puestos dejaron de tener importancia. Y entonces. ¿Qué pasa con las plataformas políticas de cada partido?, esas ya no importan, lo que importa ahora es el poder.

 

            Los políticos involucrados ya tienen aparentes ansias de servir y están a la vuelta de la esquina, prestos para convencer y las multitudes deben actuar con mesura y cordura. Los comicios municipales se acercan, ahora son tiempos de teatro, que hasta parece comedia; para los interesados son tiempos de ser amigos, amables, respetuosos, condescendientes, atentos, buenos, preocupados y dadivosos. Este es el pan nuestro de cada día cuando se avecinan procesos electorales, es el gran circo de la política municipal. Después, como ahora, llega la etapa de los cacerolazos, la guerra sucia, donde se dan todos contra todos; desde antes de ser nombrados, los candidatos de cada partido a contender se sacan sus trapitos al sol, mediáticamente hablando, y agárrese el que pueda. No se respetan familias, amigos, vida pasada, nada. ¿Qué interesante debe ser ocupar un puesto de elección popular si todos los que quieren parecen querer ayudar? ¿Qué tendrá? ¿O no quieren ayudar, contribuir al progreso y al desarrollo de un lugar? Póngase abuzado, no lo vayan a sorprender, su dignidad está de por medio, no se venda, México es un país acostumbrado a recibir baratas prebendas que le avienten y le beneficien un poco, a cambio de la dignidad de cada persona, prometiendo otorgar su voto en la fecha de los comicios electorales. No se vale que se engañe a un pueblo necesitado y con muchas carencias. Ya basta de engañar, de comprar dignidades, hacen falta políticos verdaderamente comprometidos con las necesidades de desarrollo y progreso de un pueblo. Nos han educado bajo el conformismo y la mediocridad, en vez de la participación activa y emprendedora, si no lo cree, revise los programas oficiales de estudio del sistema educativo mexicano y se dará cuenta, son una basura. Nos conformamos con la realidad porque no queremos o no sabemos cómo combatirla, como no podemos imaginarnos algo mejor, nos conformamos con lo que existe, padecemos desde hace décadas una democracia disfuncional y no estamos dispuestos a sacrificarla, a combatirla, a desaparecerla, y mejor nos acomodamos a ella. Cada vez que hay oportunidad les comento una cita que Octavio Paz nos decía en su libro “El Laberinto de la Soledad”: “Y si no somos todos estoicos o impasibles –como Juárez y Cuauhtémoc– al menos procuramos ser resignados, pacientes y sufridos. La resignación es una de nuestras virtudes populares. Más que el brillo de nuestras victorias nos conmueve nuestra entereza ante la adversidad”. Nuestro conformismo, paciencia, tolerancia y resignación no tienen límite, están estancadas en un círculo vicioso alentado por la mediocridad. Si nadie exige que las cosas cambien, nunca lo haremos. La frase “estamos jodidos todos ustedes” de mi Querido Hermano el Abogado Julio Cortés, que en paz descanse, se vuelve muy ad hoc en estos días. Nos anquilosamos, nos escondemos y nos quedamos con los ojos bien pelones viendo pasar tanta marrullería y triquiñuelas esperando una democracia que nunca llega.

 

            Los tiempos que se avecinan siguen embarrados de lo mismo de siempre. Mientras haya mexicanos con bajas expectativas, seguiremos dando lugar a gobernantes que nos reflejen. Es más cómodo seguir la costumbre que confrontarla. El dinero es el principal motor que mueve al mundo y en el intrincado engranaje de la política es igual, para que nos hacemos bolas, ya es requisito tácito tener dinero para contender por un puesto de elección popular, en donde si quieres que hablen de ti en medios corruptos hay que pagar. ¿Usted a cuál le va? Ya se andan manejando algunos nombres y se andan dejando ver algunos. ¿O apoco no? ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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