24 de Noviembre de 2024
 

Línea Caliente

Las “Reinis”, entre el poder y la decadencia

Edgar Hernández*

 

¡Zazil Reyes Contreras no está de acuerdo y reclama derecho de réplica!

 

Los días de vino y rosas… y mucho sexo quedaron atrás.

Aun se recuerdan, sin embargo, las francachelas de los hombres de poder en los últimos doce años donde sus “servicios al pueblo” se auto premiaba con  las fiestas del fauno y honra a Baco.

Viajes en avión privado a Las Vegas e Islas Canarias, bacanales, orgías, repetidas escenas lésbicas y los premios: aviadurias, notarías, alcaldías, espacios de poder en la administración pública y en el PRI para las “Reinis” y “Barbies” que mejor se habían portado.

La prostitución de adolescentes era asimismo su deporte favorito.

Y esos encuentros carnales en donde si Fidel ya no tenía erección alguna producto no se sabe si de su edad o sus excesos, dejaba que la fiesta continuara ora mujeres contra mujeres; hombres contra hombres, embarazadas contra viejos.

Esto no fue novedad en la Fidelidad.

La fiesta continuó durante el Duartismo. Ya desde la misma campaña electoral, las extenuantes jornadas cerraban con tremendas borracheras coronadas con los famosos sándwich carnales hombre, mujer, hombre. Hay videos.

Asimismo el pago a “Reinis” siguió siendo el mismo, dinero y poder y el patrocinio de cirugías ya que al patrón, a los patrones, les gustaban bien formadas.

Aún se recuerda a esmirriadas jovencitas que de la noche a la mañana cambiaron su aspecto aborigen por tremendas narices punteagudas; sus flacas caderas por voluminosos glúteos, sus normales pechos por gigantes y voluptuosas tallas que hasta se iban para adelante cuando caminaban.

En la Secretaría Particular, en la de Gobierno y en el PRI se gestaba todo el entramado de la fiesta de la carne.

Los espacios de poder, las aviadurías de primer nivel para las 30 favoritas del rey que estaban en la nómina con salarios de los 60 mil pesos para arriba y las presidencias municipales “pa`las mas buenonas”, como decía Carvallo.

Aun se recuerdan esas competencias entre ellas para ver quien las tenía más grandes; quien llegaba mejor vestida y oliendo bonito a los rumbosos banquetes a puerta cerrada, en los restaurantes de postín y esa recamara king que se tenía ese tremendo de Erick en habitaciones contiguas a la oficina de la presidencia del PRI.

Era roja, muy roja como la Fidelidad -¿qué no?- con una pantalla gigante para ver lo último porno. Y esas maravillosas duchas dobles de lluvia tibia con espejos por todos lados: los vinos Petrus de 28 mil la botella y las viandas traídas del mismito cielo.

Y ya entrados en gastos mandaban cerrar los mejores restaurantes de Boca. El “Cacharrito” les gustaba mucho a las “Reinis” por espacioso, porque se podía abrir un espacio para el striptease y beber y beber hasta terminar orinadas.

Eso se recuerda.

Eso es lo que se ha publicado. Eso es lo que filtraron los ayudantes de los poderosos que observaban desde afuera los interminables degeneres. Esa es la presunción de algunos de esos mismos guardias viriles que ya entrada la fiesta, en plena orgía, eran llamados para entrar al quite y atender a localizada dama loca de sexo.

Las “Reinis”, al mando de una gran matrona fue el grupo pionero. Luego entraría los que ellas mismas llamaron como la carne fresca, las “Barbies”, comandadas por conocida lesbiana que llegó a la más alta esfera de la municipalidad.

Esos finos y vaporosos vestidos de las nuevas muñecas que no dejaban nada a la imaginación; ese olor a lavanda de la buena; esas zapatillas que no dejaban ver un solo callo o atrevido ojo de pescado en sus delicados pies y su ropa interior...

Bueno, pues esa es la ominosa historia que se recuerda por estos días en que ha salido a juicio legal y condena de la opinión pública el tema de las “Reinis”, destacando una en lo particular a quien Javier Duarte regaló un depa y una camioneta de las caras –se olvidó al denunciante ante la PGR la mansión de la Xochitl en lujoso fraccionamiento de Veracruz-.

Historia que ha dado lugar a conveniente silencio de esos grupos de mujeres so riesgo de que salgan a relucir sus trapitos sucios.

La censura popular, sin embargo, es implacable.

Son tiempos de recuento ajenos a perdones y olvido. Son tiempos de denuncia más que de reconciliación contra quienes tanto daño hicieron a Veracruz y son momentos, más que de falsas defensas del género, de dignificar a la mujer por nuevos senderos de lucha política o familiar.

Derecho de réplica.

En la columna “Línea Caliente” de hace un par de días que firma quien esto escribe se hace en los párrafos finales alusión a Zazil Reyes Contreras quien se ha inconformado acusando ausencia de respeto y reconocimiento a su trayectoria profesional.

Reclaman el derecho de réplica.

La Ley de Imprenta señala como un derecho dar el mismo espacio y preponderancia a lo que el agraviado considera como lesivo a su persona. Así debería de ser en este caso, darle un párrafo en esta columna.

Sin embargo, dado el singular argumento –a mi juicio equivocado- reproduzco la carta que de manera airada me ha estado exigiendo a través de las redes sociales.

“Hoy leí tu columna y es lamentable como un hombre con la mano en su computadora puede llegar a escribir tantas bajezas y difamaciones en mi persona. Yo no fui AMANTE de nadie y aunque demerites el trabajo de una mujer con capacidad, estudios y de buen trato, te lo aclaro, ya que es una difamación muy grave la que haces. Yo no tengo la necesidad de ser novia de alguien casado, soy una mujer de valores, de convicción y de carácter. Que triste que a pesar que me conociste en los recorridos en los 19 municipios de casa en casa cuando andabas en campaña con tu jefe Montano prefieres la nota amarillista y de mentiras. Estoy cansada de dejar pasar las cosas y por eso te pongo un alto. Porque no hablas de mi negocio, que abrí hace dos años con mis ahorros del tiempo que trabajé e invertí para lograr mi empresa, porque no hablas que estoy terminando mi licenciatura en Derecho, porque no hablas de mis ultramaratones que corro y los primeros lugares que gano en las carreras, porque no dices que enseño a mujeres en talleres y empleo a estas mujeres de colonias para hacer los productos de mi tienda, logrando empoderarlas. Que triste de verdad que una persona como tu haga este tipo de acciones. Si tiens pruebas habla y si no tendré que imponer acciones que me protejan ante mis dichos de alguien que por escribir columnas escribe mentiras. No permitiré que me difamen ya que soy una mujer de buen. Te exijo el derecho de réplica en tu columna tal como la ley lo establece. Atentamente Zazil Reyes Contreras”.

Contrarréplica: Sus palabras hablan por sí mismas.

Tiempo al tiempo.

 *Premio Nacional de Periodismo



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