Luis Humberto
Inicie bien este día
Hay que reírnos de nosotros y de la vida misma. Pero no con el ánimo de burlarnos ni de auto compadecernos, sino como un remedio casero, como un medicamento milagroso que nos mitigara el dolor, nos curara la depresión y nos ayudará a poner en perspectiva la derrota aparentemente terrible del momento. Debemos borrar la tensión y las preocupaciones riéndonos de nuestros predicamentos, con lo que liberaremos nuestra mente para pensar con claridad en la solución que seguramente llegará. Nunca hay que tomarse demasiado en serio la vida, eso sería fatal.
Pero también, nunca deben descuidarse los detalles, ni escatimarse el esfuerzo adicional, esos cuantos minutos de más, esa palabra suave de alabanza o agradecimiento, esa entrega de lo mejor que uno puede hacer. No importa lo que los demás piensen, pero si es de primordial importancia lo que uno piensa de sí mismo. Usted nunca podrá hacer lo mejor si está tomando atajos y evadiendo responsabilidades. Usted es alguien especial. Luego entonces, debe actuar como tal. Nunca deben descuidarse los detalles pues son importantes en nosotros y en nuestros semejantes. Recibamos cada mañana con una sonrisa. Debemos considerar el nuevo día como otro regalo especial de Dios, otra oportunidad dorada para completar lo que no pudimos concluir ayer. Debemos motivarnos nosotros mismos. Dejemos que la primera hora establezca el tema del éxito y la acción positiva que con toda seguridad resonará durante todo el día. El día de hoy nunca volverá a ocurrir. No debemos desperdiciarlo con un inicio falso o completamente nulo, como es pasárnosla tirados en la cama o en el sofá, habiendo muchas otras tantas cosas que hacer. Podemos lograr nuestro gran sueño, un día a la vez, así es que debemos fijar metas para cada día, no proyectos 1argos y difíciles, sino tareas que 1o llevarán, paso a paso, hacia su arcoíris. Debe anotarlas si le parece, pero hay que limitar la lista, de manera que no se tengan que arrastrar las cuestiones inconclusas de hoy hacia el mañana.
Nunca debe dejar que su día esté tan lleno de actividades que se descuide la meta más importante, haga lo mejor que pueda, disfrute este día y manténgase satisfecho con lo que ha logrado. No codicie lo que no ha podido alcanzar, mejor tenga el arrojo necesario para escalar más y más en la vida, así podrá alcanzar sus metas y mucho más. Recuerde que allá afuera, en la calle, está regado todo el dinero que necesita, pero hay que salir a buscarlo, trabajando. Anímese, empiece su día con muchas ganas de producir, de trabajar, de triunfar y tener éxito. Yo, estoy intentándolo desde la cama, pero trabajando, pues no me queda de otra. Y usted, no se amedrente, siga siempre adelante y con la cabeza erguida. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.