24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Luis Humberto

 

 

El cártel

 

            En Economía se denomina cártel o cartel a un acuerdo formal o informal entre empresas del mismo sector, cuyo fin es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado. Los cárteles suelen estar encaminados a desarrollar un control sobre la producción y la distribución, de tal manera que mediante la colusión de las empresas que lo componen, formen una estructura de mercado monopolística, obteniendo un poder sobre el mercado en el cual obtienen los mayores beneficios posibles en perjuicio de los consumidores, por lo que las consecuencias para éstos son las mismas que con un monopolista. De ahí también el nombre con el que se conoce a los grandes grupos de delincuencia organizada.

 

            La diferencia radica en que los beneficios totales son repartidos entre los productores. Sus principales actividades se centran en fijar los precios, limitar la oferta disponible, dividir el mercado y compartir los beneficios. En la actualidad, el término se suele aplicar a los acuerdos que regulan la competencia en el comercio internacional. Un ejemplo claro es la Organización de Países Exportadores de Petróleo OPEP. Los cárteles surgieron en Alemania en la década de 1870, coincidiendo con el crecimiento de la economía en dicho país. Se considera que el éxito que obtuvieron fue hasta cierto punto responsable de la política exterior alemana que conduciría a las dos guerras mundiales. Durante la Primera Guerra Mundial, el gobierno alemán utilizó los cárteles para exportar armas y otros materiales sintéticos. A lo largo de las siguientes dos décadas, las empresas alemanas siguieron controlando de un modo global la producción. Uno de los cárteles más importantes fue el IG Farbenindustrie, dentro de la actividad relacionada con productos químicos, destacando en la producción de tintes, venenos y medicamentos, y única compañía alemana con su propio campo de concentración y predecesora directa de Bayer, BASF y Hoechst, (los cuales son también ahora parte de otro cártel farmacéutico conocido como Codex Alimentarius). A1 iniciarse la Segunda Guerra Mundial, casi toda la industria alemana estaba organizada en torno a cárteles, promovidos y controlados por el gobierno, que permitieron un gran crecimiento en la economía nacional gracias a una balanza de pagos notablemente positiva. En otro orden de ideas, recientemente, los nombres de muchas y fuertes firmas, nacionales y regionales, que antaño solo se encontraban en la mente de la mayoría de los consumidores por su publicidad o por la relación comercial que establecen, se han visto envueltas en una serie de escándalos de carácter económicos y políticos, que ponen al descubierto de manera clara los nuevos roles que los monopolios han venido construyendo, ya no solo para disputar nichos de mercado, a través de acuerdos como cárteles y otras prácticas monopolísticas, sino también de poder político. La reflexión sobre el poder de los monopolios es vieja y compleja, data al menos de mediados del siglo XIX con Carlos Marx, y seguida por muchos teóricos tanto marxistas como aquellos vinculados a lo que se conoce como la teoría clásica económica. En el centro del debate han estado tres grandes preocupaciones que todo indica se están consolidando en México. En primer lugar, la lógica económica de los monopolios responde a un crecimiento irracional pero necesario en el mercado, su racionalidad busca controlar bajo cualquier forma los precios, las lógicas del consumo y controlar por lo tanto la oferta y la demanda manipulándola a sus intereses. Es decir borra cualquier lógica de mercado para controlarlo de forma casi absoluta. En segundo lugar, la racionalidad monopólica busca crecer estableciendo ciertos puntos imaginarios sobre el modelo ideal de lo que debemos ser los ciudadanos, pero sobre todo un modelo ideal de consumidor, un consumidor como estilo de ciudadano, robándole a las personas una parte significativa del ser. Y en tercer lugar, para poder concretar las dos cosas anteriores, los monopolios necesitan controlar, dominar o aliarse al poder político, para lograr, a través de la plutocracia y el clientelismo, sus objetivos que ahora ya no son solamente económicos, sino también políticos y culturales.

 

            La presencia de los monopolios en México habla cada vez de forma más clara del tercer punto, el crecimiento de su deseo por conquistar más cuotas de poder. Estamos frente a un escenario prácticamente nuevo, el del poder de los monopolios, debemos desde la sociedad civil cambiar nuestra mentalidad a la de un consumo responsable, comparativo y mesurado para enfrentar este nuevo panorama. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.



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