Motivación.
“Había una vez un muchacho, el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante, pero lo que nunca supo fue si era buen hijo, un buen compañero, un buen amigo o un buen novio. En un día de depresión el muchacho se dejó morir. Cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le pregunto; – ¿Por qué lo hiciste si sabías que todos te querían? A lo que respondió; –hay veces que vale más una sola palabra de consuelo que todo lo que se sienta, en tanto tiempo nunca escuché: “estoy orgulloso de ti”, “gracias por ser mi amigo”. Ni siquiera un “te quiero mucho” de la persona a la que más amé. Al quedar pensativo el ángel, el muchacho dijo, – ¿y sabes que es lo que más duele? El ángel triste le preguntó; – ¿qué? y respondió, –que todavía espero escucharlo algún día, un “te quiero”, luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dijo que no se preocupara porque se acercaba a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba pero él nunca lo escuchó, pero que lo recibiría con los brazos abiertos”.
Es muy importante decirles a las personas que queremos, lo importantes que son para nosotros. Tal vez nunca se tenga tiempo como luego decimos pero es importante que nos lo demos, pues esto conlleva a alimentar y retroalimentar nuestra estima tan necesaria para desarrollarnos adecuadamente y sin obstáculos que nos hagan desfallecer. La motivación es la causa primordial del comportamiento de un organismo, o más bien la razón por la que un organismo lleva a cabo una actividad determinada. En nosotros la motivación abarca tanto los impulsos conscientes como los inconscientes. En Psicología se establecen básicamente dos niveles de motivación. El nivel primario y el secundario. El primario se refiere a la satisfacción de necesidades elementales, como comer o beber. El nivel secundario se refiere a las necesidades sociales como el logro o el afecto. Se supone que el nivel primario debe estar satisfecho antes de plantearse el secundario. Al respecto, el psicólogo estadounidense Abraham Harold Maslow diseñó una jerarquía motivacional en seis niveles que según él, explicaban la determinación del comportamiento humano. Este orden de necesidades es el siguiente: 1) Fisiológicas, 2) De seguridad, 3) Amor y sentimientos de pertenencia, 4) Prestigio, competencia y estima social, 5) Autorrealización, y 6) Curiosidad y necesidad de comprender el mundo circundante. Las teorías cognoscitivas de la motivación nos describen intentando siempre optimizar, antes que eliminar nuestro estado de estimulación. Con esto se intenta explicar nuestra tendencia hacia el comportamiento exploratorio, la necesidad o el gusto por la variedad, las reacciones estéticas y la curiosidad. Esto también sugiere que nuestro progreso positivo reside en satisfacer necesidades básicas, para colmar finalmente la necesidad más alta de nuestra realización personal y del desarrollo de todo nuestro potencial.
Motivemos siempre nuestros proyectos y los ajenos siempre que estos sean buenos, ello alienta el espíritu y fortalece el alma de sus familiares y seres queridos para que triunfen en la vida o, ¿acaso no desea usted eso para ellos? Aleje usted la envidia y la soberbia de su mente y de su corazón, sea positivo, no es posible que nosotros lo tengamos todo en la vida, aprendamos a reconocer las virtudes y cualidades de los demás, alentándolos a seguir adelante, no alejándolos de sus propósitos positivos. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.