24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

Luis Humberto

 

Preocupación

 

            Hace unos días una joven amiga muy apreciada me platicó un poco preocupada y acongojada, que su jefe sospechaba de ella con respecto a una situación embarazosa que se suscitó en su empleo. Se siente tal vez un poco paranoica, pero tras el evento que sucedió, el jefe expresó que sólo ella y dos personas más sabían de lo divulgado; algo que no debía trascender, salió a la luz pública más allá de la empresa.

 

            Yo, por mi parte, le manifesté que no se preocupara demasiado por cosas que realmente no valen la pena, después de todo, mucha gente cree y confía en nosotros. Realmente nos estima, nos quiere y valora mucho nuestro esfuerzo. Y otras tantas, duda y desconfía de nosotros. Verdaderamente nos odia, nos envidia y rechaza. La gente que no valora nuestro esfuerzo, la lealtad, la rectitud, la honradez y la honestidad que ofrecemos, no sólo por agradecimiento de proporcionarnos la manera de obtener un sustento, sino que por convicción propia, somos así, es que no nos conoce lo suficiente y ello no debe preocuparnos demasiado. Debemos esperar, ser pacientes y perseverar, manteniéndonos constantes en la prosecución de una actitud siempre positiva. Al respecto, le conté un cuento muy ad hoc a su preocupación de autor anónimo, que me agrada mucho y que se llama “El Sabio”. Pues bien, le dije que cuenta la historia que un sabio, cierta tarde, llegó a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a su presencia, y sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso después de algún tiempo, llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad. Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarlo. En vez de fingir que los ignoraba, el sabio se acercó a ellos y los bendijo. Uno de los hombres comentó: –"¿Es posible que, además, sea usted sordo? ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!". "Cada uno de nosotros sólo puede ofrecer lo que tiene", fue la respuesta del sabio. Da lo que tienes siempre le dije yo a mi amiga, y deja de preocuparte por lo que los demás piensen de ti o tus acciones, es algo que no nos compete y no podemos remediar.

 

            Después de esta amena charla, nos dispusimos a disfrutar de un delicioso sándwich y posteriormente ella continuó trabajando; yo, como siempre, me puse a disfrutar de una grata lectura. Y es que la vida es así, siempre vamos a encontrar inconvenientes, piedras, en el camino que debemos sortear con cautela, y que nos van a aportar enseñanzas, experiencias, que hemos de aprovechar para perfeccionar nuestro acervo moral y espiritual, que haga de nosotros seres humanos de provecho. Tampoco está por demás estar prevenido, pues también, siempre hay gente mal intencionada, egoísta y envidiosa, que goza vernos sufrir y se vale de llenarnos el camino de piedritas. –le dije. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco Que tenga un buen día.



Banner Hotel