24 de Noviembre de 2024
 

Chile, camino hacia una nueva Constitución

 

Por Isabella Matías Heredia 

Tecnológico de Monterrey, campus Guadalajara, Licenciatura en Relaciones Internacionales

 

El largo país sudamericano fue escenario hace ya 47 años de uno de los episodios más sangrientos en la historia de América Latina. Salvador Allende fue electo para ocupar el cargo presidencial en 1970, era una esperanza para Chile, traía consigo una propuesta política socialista a un país cansado de la desigualdad socioeconómica. Su prioridad era la distribución efectiva de la riqueza, evitar que el dinero se concentrara en unos pocos por lo que durante su mandato se nacionalizó el cobre, se expropiaron empresas vitales para el desarrollo, se repartió tierra a los agricultores, se repartían insumos a los menores, se amplió el sistema educativo, entre otras medidas. Lógicamente, los gastos gubernamentales se incrementaron lo que ocasionó que Chile cayera en una crisis económica.

Mientras tanto, el gobierno de Allende no cedía a las presiones políticas de los Estados Unidos, ya que, en el contexto de la Guerra Fría, éstos últimos temían que Chile se convirtiera en un aliado de la Unión Soviética, por lo que vieron con buenos ojos el desmoronamiento de la economía chilena. Los estadounidenses por medio de la CIA aprovecharon el descontento social para financiar movimientos en contra del presidente, así como desprestigiar su figura. Salvador Allende y su gobierno eran fuertemente atacados por militares, empresarios y la élite que gozaba de privilegios, temían que el comunismo se apoderara del país, por lo tanto, se comenzó a gestar la idea con el apoyo de los estadounidenses de dar un golpe de Estado.

En medio de la crisis Salvador Allende nombró a Augusto Pinochet como jefe del Ejército, después de su nombramiento las autoridades norteamericanas conspiraron a su lado para derrocar al gobierno democrático. Tres semanas después, un martes 11 de septiembre de 1973 temprano por la mañana los militares comandados por Augusto Pinochet le exigen la renuncia a Allende, éste se niega dando un mensaje alentador por Radio Magallanes. Ese mismo día la clase trabajadora formó una resistencia para defender el proyecto socialista, solamente para enfrentarse a las represiones por parte de los militares. Ante la negativa del gobierno de renunciar, las fuerzas armadas comenzaron la movilización para bombardear y asesinar a Salvador Allende.

El presidente Allende se encontraba resistiendo en la Casa de la Moneda, al oír los aviones militares se dirigió al pueblo chileno una última vez. Sus últimas palabras quedaron registradas en Radio Magallanes, en ellas Allende agradece a los chilenos la oportunidad de haberlos representado, agradece a Chile, llama a los trabajadores a defender sus derechos prometiéndoles quedarse con ellos a luchar, concluyendo con un mensaje de esperanza a sabiendas que el futuro que le esperaba a Chile no sería para siempre. Salvador Allende fue abatido junto a sus logros y su defensa por los derechos en la Casa de la Moneda un martes 11 de septiembre.

Con las palabras “Moneda tomada, presidente muerto”, se inauguraron los 17 años de terror, 17 años de dictadura comandada por Augusto Pinochet. La dictadura militar deshizo todos los logros alcanzados por Allende, adoptó políticas neoliberales influenciado por los Estados Unidos, le regresó las empresas y las tierras a la clase alta, cambió la Constitución política. Fue especialmente duro con sus adversarios, prohibió cualquier forma de oposición política. Torturó, desapareció y asesinó a cualquier persona que no comulgara con las ideas de la dictadura, de acuerdo con cifras oficiales el número de asesinatos asciende a los 40,000 muertos. Fundó la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) que básicamente se dedicaba a localizar a críticos del gobierno para desaparecerlos, se estima que la DINA es responsable de al menos la mitad de las desapariciones durante la dictadura, incluso hay rumores que sus agentes fueron entrenados por la CIA. Para iniciar la década de los 90s el descontento social era evidente, los abusos contra los derechos humanos eran rutinarios y poco a poco el gobierno cedió a convocar a un referéndum para que la sociedad decidiera si querían continuar bajo el mandato de Pinochet.

Así fue como en el año de1990 Pinochet deja el poder, no sin antes pasar en el Congreso la “Ley de Amnistía” con ella les daba inmunidad a todos los partícipes de su gobierno del terror, además de nombrarse “senador vitalicio”. Pinochet murió en el 2006 sin nunca haber pisado la cárcel.

Hasta hoy en día, Chile sigue siendo gobernada por la Constitución redactada durante la dictadura. Tras una ola de protestas se puso sobre la mesa la posibilidad de escribir una nueva Carta Magna. La causa principal por lo que la Constitución es tan polémica es porque es una clara herencia de Pinochet, implícitamente sigue perpetuando las desigualdades, es importante recalcar que dicho documento fue concebido durante un gobierno de facto.

Esta historia nos lleva al 25 de octubre del año en curso, el día en el que los chilenos salieron a votar en un nuevo plebiscito (referéndum), la cuestión es si redactar una nueva Constitución o no. Los primeros reportes arrojaban lo que ya se había predicho, Chile quiere dejar atrás la dictadura, quiere escribir su nuevo futuro. Al curso de la noche, los resultados oficiales confirmaron que el sí arrasó, los chilenos dijeron sí a la nueva Constitución.

El legado de Allende sigue latente, lo que prometió aquel fatídico martes 11 de septiembre sigue más vivo que nunca, su voz sigue resonando en la lucha por los derechos. Chile decidió, Chile habló y optó por escribir un futuro nuevo, un futuro que promete ser más justo, más igualitario y que quiere enterrar 17 años de terror.

 



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