Por Simón Toledano
El hombre detrás del mural
Los hombres y mujeres que bajan y suben todos los días, de las colonias: Zapata, Melchor Ocampo y la Paraíso; una mañana lo empezaron a ver, pintando las escaleras de la Prolongación Allende. Con sus jeans azules, salpicados de pintura, la gorra coronando su cabello rizado, que le ha ganado el apodo de el "Borre", Luis Enrique, o “Quique”, como también lo llaman; apareció de repente brocha y pinceles en mano, a darle color a unas escaleras, que incluso muy pocos habitantes del resto de la ciudad, conocían, antes de que él llegara. “Quique”, quien es martinense, porque es originario de Paso Largo, me estuvo contando que estaba ahí contratado por el ayuntamiento de la ciudad para pintar las escaleras. Pero lo que empezó como otro trabajo más, empezó a tomar dimensiones mediáticas desmedidas, cuando algunos curiosos (como yo) empezaron a detenerse a observar los motivos y paisajes con que embellecía las paredes; y le empezaron a tomar fotografías, que luego llenaron las redes sociales. Así, en cuestión de pocos días, muchos martinenses comentaban lo bonito que se veía el mural que "un hombre anónimo" empezó a hacer de la noche a la mañana. El “Borre” también me contó, (en lo que fue una charla larga, que el mantenía sin dejar de pintar) que nunca pensó que se iba a dedicar a eso; que toda su familia se dedica al limón y que él también lo intento, pero el deseo de hacer lo que tanto le gusta (la pintura) lo hizo abandonar los cítricos, para dedicarse a dar color a paredes, muros, y hasta interiores de casa y locales comerciales. "Estuve en Xalapa, colándome a algunas clases de la facultad de artes, como 'oyente' cuando algún amigo me llevaba" Me dijo Luis, mientras delineaba el contorno de unas hojas verde amárelas que resaltan en su mural. Como dije, la charla fue larga. Hablamos de arte, de antiguos trabajos, de lo poco remunerado que es su arte, a pesar de que es realmente muy bueno; entre otras muchas cosas.
Cuando le dije que quería hacer una nota sobre su trabajo, me dijo que sí, que le latía; porque a él por su timidez, casi no se le daba eso de hablar de lo que tanto le apasiona. El mural es realmente hermoso, no sólo porque en él se aprecian aquellas cosas que nos dan identidad como martinenses, sino porque además; está bien hecho, por un joven que no: no es anónimo. Tiene un nombre, un rostro y una historia que está ahí, plasmada en cada brochazo, cada color, cada dibujo. Por que el arte está vivo, como esta ciudad, que se sigue transformando por personas como Luis Enrique, el "Borre", el hombre detrás del mural.
Para él y su excelente trabajo, va esta décima:
Tus manos plasman colores
que dan vida a la ciudad,
y es luz de la libertad
que nace de tus valores.
Sin buscar los reflectores,
la pasión que nos comparte
tu talento, hoy ya es parte
del entorno en que vivimos,
y por eso te decimos:
¡Muchas gracias por tu arte!
Facebook: Simón Toledano.
