24 de Noviembre de 2024
 

Panoramas de Reflexión

 

Eternidad 

            “Lo que tengo no me pertenece aunque forme parte de mí. Todo lo que soy me fue prestado por el Creador, para que pueda repartir con aquellos que entran en mi vida. Nadie cruza nuestro camino por casualidad. Y nosotros no entramos en la vida de alguien sin ninguna razón. Hay mucho para dar y recibir. Mucho para aprender, con experiencias positivas o negativas. Es eso. Intente ver las cosas negativas que le pasan como algo que sucede por alguna razón. Y no se lamente de lo ocurrido, además, reclamar no le servirá de nada, y le vendará los ojos para continuar su camino.

 

            Cuando no conseguimos olvidarnos que alguien nos lastimó, estamos reviviendo la herida haciéndola, muchas veces, mayor que la que teníamos antes. No siempre las personas nos lastiman intencionalmente. Muchas veces, nos sentimos heridos, pero la otra persona ni siquiera se dio cuenta de esa situación, y nos decepcionamos porque aquella persona no cumplió nuestras expectativas. Nuestras expectativas ¿Y sabemos cuáles eran las expectativas de la otra persona? A nosotros nos decepcionan, y nosotros decepcionamos a los demás. Pero, claro, es más fácil pensar en las cosas que nos duelen a nosotros. Cuando alguien nos dice que nos lastimó sin intención, créale. Se va a hacer bien. Y así, tal vez, le entenderán cuando diga sinceramente, “fue sin querer”. Dé lo mejor que pueda de usted. Cuando se vaya, la única cosa que dejará es el recuerdo de lo que hizo aquí. Sea bueno, intente dar siempre el primer paso, nunca niegue una ayuda que esté a su alcance, perdone y dé lo mejor de usted mismo. Sea una bendición. Dios no viene en persona para bendecirnos. Él usa a los que están dispuestos a cumplir la misión. Todos podemos ser ángeles. La eternidad está en nuestras manos. Viva de manera que cuando ya no esté, gran parte de usted continúe en aquellos que tuvieron la fortuna de encontrarle”.

 

            Desafortunadamente, muchos de estos pensamientos con alto contenido moral, social, espiritual y filosófico, circulan de muchas maneras sin que podamos conocer jamás a su autor, o tan sólo el nombre del mismo. Tal vez sean reflexiones, pensamientos, de grandes escritores reconocidos y famosos. Tal vez sean de personas desconocidas sin más interés que el que nos demos la oportunidad de analizar, comprender y aplicar el contenido, la esencia de su pensamiento, plasmado en forma escrita, en nuestra vida diaria. Tal vez sean de esos ángeles que nos envía Dios a nuestra atribulada vida para que intentemos cambiar, ser otras personas, mejorar individualmente este torcido y degenerado mundo materialista en el que estamos todos viviendo. Corrupción, delincuencia, crímenes, injusticias, drogas, prostitución, vicios, penalidades y una lista muy amplia de actos terroristas, terroríficos, vandálicos, ruines, miserables, mezquinos y de mentira y traición, es lo que domina actualmente nuestra acelerada y ajetreada existencia. Intentemos transformarla y mejorarla con nuestros actos, nuestras acciones y pensamientos, con nuestras obras, tal vez logremos un poco cambiarnos la vida, vivir mejor. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

 

Luis Humberto.



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